Page 65 - El rostro de las letras

48 TERTULIAS Y CAFÉS
Fonda de San Sebastián, que pasa por ser el primer café madrileño, reunió en los amenes del siglo XVIII a la tropa académica con ciertos ribetes de afrancesamiento enciclopedista, el café del Príncipe y el Parnasillo encarnaban el espíritu del romanticismo.
Aunque nunca dejaron de ser los cafés el escenario mejor para la conspiración y la revuelta, comenzó a acudirse a ellos para escapar del infierno del hogar, de la tiranía de la rutina –aunque el propio café acabó, al cabo, convertido también en hábito–, para protegerse de las desconsideraciones de la vida. Conforme avanzaba el siglo los cafés se fueron afirmando como la verdadera patria de los escritores y unos cuantos fotógrafos y artistas, que encontraron en ellos su segunda casa, si no la primera para algunos. Cafés legendarios como La Cruz de Malta y el del Príncipe, en Madrid; el Cuyás, el Liceo y
el Oriente, en Barcelona; el Casino de Alicante; el Inglés, de Málaga; el Turco, en Sevilla; el Café del Siglo y el Café Colón, de Santiago de Compostela; el Iruña, en Pamplona; el Europa y el Cruz, en Valencia; el Suizo, en Pamplona; el Café Colón, en Vigo; el Delicias, en Zarago- za, comenzaron a convertirse en lugares de inexcusable cita para los literatos. Por sus salones solían acampar en Barcelona, Pere Piferrer, Altadill y Soler i Barba, cuando no acababan durmiendo en los so- portales de la Plaza Real. Y no era raro encontrar a Espronceda entre los arruinados veladores del madrileño Café del Príncipe, haciendo corro con sus camaradas de entonces, Patricio de la Escosura, Ven-
Cafés Madrid sin cafés es como un cuerpo sin alma. El café es para Madrid algo consustancial .
José Ido del Sagrario, personaje de BENITO PÉREZ GALDÓS
ARAUNA. Tertulia de Benito Pérez Galdós en su quinta de San Quintín, en Santander, hoy definitivamente arruinada. Acompañan al escritor, Margarita Xirgu y su gran amigo, el periodista José Estrañi. De pie, a la derecha de la imagen, Ruiz Tatai. A la izquierda, los escritores Juan Campuzano y José Montero. 1911 (MECD, AGA, fondo MCSE)