Page 269 - El rostro de las letras
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      252 LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
tanto una cosa como la contraria. Unas veces la fotografía era para él “un arte admirable”, y un minuto después hablaba de la “vulgar foto- grafía”, que “conservando todos los rasgos y sin la necesaria punta de caricatura, sólo sirve a los parientes del fotografiado” 59. Terciando en el debate del parecido en el retrato, que tan ocupados tuvo durante meses a Ortega y Gasset y a Vázquez Díaz, no dejó tampoco de expre- sar su opinión, dejando clara su consideración de la fotografía como un lenguaje segundón. Aunque reconoció el poder evocador de la fotografía, siempre quedan reservas en sus palabras, como en éstas entresacadas de Cómo se hace una novela: “Murió mi padre cuando yo apenas había cumplido los seis años y toda imagen suya se me ha borrado de la memoria, sustituida por las imágenes artísticas o ar- tificiales, las de los retratos; entre otras, un daguerrotipo de cuando era un mozo”. A lo largo de su obra, no son escasas sus referencias al “fotografismo”, que no deja bien parada a la fotografía, aun recono- ciendo sus méritos; a la “condenada instantánea”, siempre al borde del riesgo del naturalismo antiartístico, de la versión esquemática de la propia realidad 60.
A Unamuno le retrataron también los escritores. Y pocas veces salió bien parado. Quizás, el retrato menos indulgente del escritor, y el más olvidado también, se lo debemos a Valle-Inclán, al que no le tembló la mano para escribir este texto demoledor y tan arbi- trario como lo fue Unamuno y él mismo. “Rubén Darío y usted no han nacido para entenderse porque Rubén y usted son antípodas. Verá usted, Rubén tiene todos los defectos de la carne: es glotón, es bebedor, es mujeriego, es holgazán. Pero posee, en cambio, todas las virtudes del espíritu: es bueno, es generoso, es sencillo, es altruista, es humilde. En cambio usted almacena todas las virtu- des de la carne: es usted frugal, es usted abstemio, es usted casto, es usted infatigable. Y tiene todos los vicios del espíritu: es usted soberbio, es usted ególatra, es usted rencoroso. Por eso, cuando Rubén se muera y se le pudra la carne, que es lo que tiene de malo, le quedará el espíritu, que es lo que tiene de bueno, ¡y se salvará! Pero usted, cuando se muera y se le pudra la carne, que es lo que tiene de bueno, le quedará el espíritu, que es lo que tiene de malo, ¡y se condenará!”. La literatura, la pintura y la fotografía juntas de nuevo para tratar entre las tres –sin duda, en vano–, de desvelar el interior de un hombre como don Miguel, tan excesivo, avasallador y egotista, como honesto y genial.
”Apenas tengo fotografías –escribió Unamu- no–, y ellas no muy buenas. [...]. Han de permitirme que eche mano del egotismo y les diga que yo tengo más fisonomía visto de lado que no de frente”. Este retrato ANÓNIMO fue tomado durante su destierro en Hendaya, en 1930. (Colección particular)
 59 Unamuno, Miguel de, “La política y las letras”, recogido en el libro En torno a las artes, Ed. Austral, Madrid, 1976.
60 Citado por Alberto Martín Expósito en su lúcido y documentado texto “Miguel de Unamuno y la Fotografía”, incluido en el catálogo de la exposición homónima editado por la Universidad de Salamanca, Salamanca, 2013.





























































































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