Page 211 - El rostro de las letras
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      194 EL OJO DE LA HISTORIA
 completó la tarea de su padre. Su cercanía con el mundo cultural, le permitió realizar algunos retratos excelentes de Pío Baroja, Valle- Inclán, Unamuno y Menéndez Pidal.
En Barcelona destacó la labor de Frederic Balell Maymí (1864-1951), Alejandro Merletti Quaglia (1860-1943) y Josep Brangulí Soler (1879-1945). El primero fue testigo privilegiado de las profundas transformaciones urbanas que cambiaron radicalmente la imagen de la ciudad, en la frontera de los siglos. Merletti nació en Torino y viajó por todo el mundo desde joven, trabajando de fotógrafo y sacamue- las. Perito en casi todo, fue colaborador habitual de La Hormiga de Oro y corresponsal de Prensa Gráfica, para la que trabajó hasta 1920. De aquellos años son sus mayores éxitos profesionales, como el logrado con el reportaje en exclusiva del Consejo de Guerra seguido contra Ferrer i Guardia, en 1909. Josep Brangulí nació en Hospitalet y desde los primeros días del siglo XX colaboró asiduamente con el Cu-Cut de la Lliga, L´Esquella de la Torratxa y La hormiga de Oro. Cuando en 1910, La Vanguardia decidió introducir la fotografía en
Diario de ideología republicana, El Globo fue fundado por Castelar en 1875. A partir de 1902 contó con la colaboración de Azorín y Pío Baroja. En la fotografía, de izquierda a derecha, Serrano de la Pedrosa, Carlos Bonet, Aguilera y Arjona, el director Emilio Riu, Serrano Anguita y Manuel Carretero. De pie, Pinillos, Azorín, Alejandro Pizarroso, Manuel Tercero, Delgado Barreto, Carlos Pérez de Ortiz, Pedro de Répide y José López Pinillos. 1903 (Archivo Monasor)































































































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