Page 108 - El rostro de las letras
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RETRATOS PARA TODOS
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notable fue Ángel Alonso Martínez (1824-1868), establecido en 1857 en una galería acristalada de la calle de Murga, la misma que había ocupado Charles Clifford. Fue el primero que introdujo en España las ampliaciones de gran formato, llegando a reunir una importantísima colección de más de 30.000 retratos, de los que unos 500 “son de personas importantes por su talento y su impor- tancia política”. El suyo es, sin duda, el mejor retrato conocido de Isabel II, el más ambicioso y personal. En su estudio de la calle de la Montera realizó Alonso Martínez uno de sus retratos colectivos más memorables, en el que aparecen medio centenar de los más relevantes representantes del mundo artístico madrileño.
Junto a los madrileños, los fotógrafos establecidos en Barcelona monopolizaron la mayor parte de la producción fotográfica espa- ñola de la época. De origen francés, François Alexandre de Ville- choles, Franck (1816-1906), comenzó a trabajar en París, en 1840, y en 1848 se estableció en Barcelona. En los años en que trabajó en
la ciudad destacó como el mejor y el más activo daguerrotipista de la ciudad, junto a Wigle y Lorichon. Con ellos y con los miembros de la firma Napoléon inauguró en la ciudad la moda de las Gale- rías de Celebridades, que compitió en popularidad con la de Joan Parcerissa (Barcelona, 1802-1876), autor de decenas de daguerro- tipos escénicos, que utilizó para realizar las estampas que incluyó en su admirable obra Recuerdos y bellezas de España. Creada también en plena fiebre del daguerrotipo, la firma Napoleón es una de las primeras y más ilustres de Barcelona. Sus iniciadores fueron Fernando y Anaïs “dits Napoleón”, establecidos en la Rambla de Santa Mónica hacia 1850, a los que siguieron sus descendientes, Antonio y Emilio Fernández. El rubro Napoleón alcanzó pronto un sólido prestigio, apuntalando el éxito comercial de su estudio, que cada semana renovaba en sus vitrinas las muestras de sus retratos. Los Napoleón ocuparon un sitio importante en la vida artística catalana en los años de la Renaixença y el Modernismo, hasta 1933, en que la firma pasó a manos de la familia Fernández Tifón34. De
la popularidad de su trabajo es buena prueba el testimonio del fotógrafo Pere Català Pic: “Recuerdo el establecimiento fotográfico de los célebres Antonio y Emilio Fernández, llamados Napoleón. Allí, unos grandes escaparates a ambos lados de una entrada para coches, donde la burguesía acudía en berlina o en landó, exhibían grandes ampliaciones de generales y diplomáticos y retratos de
34 Sobre la saga Napoleón debe consul- tarse la obra, Els Napoleon, un estudi fotogràfic, que incluye un documentado texto de María de los Santos García Felguera, Arxiu Fotogràfic de Barcelo- na, 2011.
José Martínez Sánchez fue uno de los miembros más importantes de la primera ge- neración de fotógrafos españoles. (Biblioteca Nacional de España)