Page 110 - Nada temas, dice ella
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Gregorio Fernández
Santa Teresa de Jesús, c. 1625
Las representaciones de Teresa de Ávila empezaron a difun­ dirse desde su beatificación en 1614. Esta escultura refleja los testimonios de quienes la cono­ cieron: buena estatura, cara re­ donda y llena, tez blanca y buen aire en el andar. El escultor ha avivado su expresión gracias a los ojos de vidrio y al pulimento de la carnación, y ha concedido especial protagonismo al man­ to, con sus vuelos asimétricos y la rica policromía de su cenefa. La obra procede del convento carmelita del Carmen Calzado, una orden para la que Gregorio Fernández (1576–1636) trabajó con frecuencia. Con la desamor­ tización del siglo xix, la obra ingresó en el Museo Nacional
de Escultura.
Santa Teresa constituye un
episodio excepcional en la religio­ sidad de su tiempo. Las mujeres marginadas social y culturalmente recibieron una atención especial por parte de la Iglesia, que fomen­ tó la sublimación del encierro y
la vida conventual. La experiencia de lo sagrado alcanzó así, en el ámbito femenino, gran fuerza que, en casos como el de esta monja desobediente, le permitió promover proyectos de gran em­ puje espiritual y protagonizar la vida pública, aunque la heterodo­ xia de sus propuestas y su tenaci­ dad emprendedora le acarreasen desconfianza y persecuciones.
En cualquier caso, su trayectoria íntima, su vocación literaria y sus iniciativas contribuyeron a delinear los primeros pasos en la construcción de un Yo femenino.
Aquí aparece como escritora, pero en pleno arrobo visiona­ rio. En sus apasionados textos,
cumbre de la literatura del Siglo de Oro, ha dejado el testimonio de la repetida frecuencia con que, desde 1559, Cristo se le mostró
y le habló, casi siempre para res­ paldar su aventura reformadora. El mensaje práctico, político, desempeña un papel importante, pero lo decisivo es ese acto secre­ to de la unión mística, una fusión amorosa con Dios, vivida como un placer inefable. Fernández convierte al espectador en con­ fidente de esa «visión de lo invi­ sible» mediante una retórica del gesto asociada a la compañía de un libro, pues es la lectura mis­ ma la que desencadena la visita prodigiosa.
The depictions of Teresa of Avila were first popularised after her beatification in 1614. This sculpture corroborates the descriptions made by those who knew her: medium height, a full round face, fair complexion and a fine bearing. The sculptor has intensified her expression thanks to the glass eyes and the polish of the flesh, granting spe- cial importance to the mantle with its asymmetrical fullness and the rich variety of colours of its edging. The sculpture was originally produced for the convent of the Calced Carmel, an order for which Gregorio Fernández (1576-1636) made numerous works. Following the confiscation and privatisation of monastic properties in the nineteenth century, the sculp- ture was transferred to the Museo Nacional de Escultura.
Saint Teresa represents an exceptional episode in the re- ligiosity of her age. Socially and culturally marginalised women received special attention from the Church, encouraging the
sublimation of seclusion and conventual life. In the sphere
of femininity, therefore, the experience of the sacred was extremely powerful and in the case of this disobedient nun, it enabled her to launch spiritual projects and play a leading role in public life, although the het- erodoxy of her proposals and her persevering determination led to mistrust and persecu- tions. Be that as it may, her pri- vate trajectory, her literary vo- cation and her initiatives were instrumental in establishing the construction of a female self.
She is depicted here as a writ- er, caught up in a visionary mo- ment. Her impassioned texts, a pinnacle of expression in Span- ish literature of the Golden Age, bear witness to the frequent apparitions of Christ she would experience since 1559 and His almost unfailing support for her reforming venture. The practi- cal political message is deter- mining, but most decisive is the secret act of mystical union, the amorous fusion with God per- ceived as an ineffable pleasure. The viewer becomes a confidant who shares this ‘vision of the invisible’ expressed through the rhetoric of the gesture associ- ated with the companionship
of a book, as the prodigious visit is triggered by the very act of reading.
mb
Santa Teresa de Jesús, c. 1625 Madera policromada
172 x 103 x 85 cm
Saint Teresa of Avila, ca. 1625 Polychrome wood
172 x 103 x 85 cm
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