Page 417 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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HERALDO DE ALCALÁ, 4 DE AGOSTO DE 1910
CARTA ABIERTA
Señores redactores de HERALDO DE ALCALÁ.
Mis queridos amigos: me enteran ustedes de las reformas que proyectan para ese periódico, aportando a él mayores elementos de todas clases, que le infundan vigor nuevo, una existencia más enérgica. La idea es excelente, y la aplaudo sin reservas. Los amables requerimientos con que solicitan mi colaboración, ya me parecen peor encaminados. También yo, en tiempos remotísimos, tuve la ilusión del periodismo; ¿quién en sus verdes años no ha soñado con un papel impreso, donde se perpetúen los frutos agraces del ingenio? Poned en una localidad reducida como esta de Alcalá, un grupo de muchachos entusiastas, que no aciertan a [pasar e-]sas horas muertas con las peripecias del tresillo, y la idea de fundar un periódico surge de un modo fatal, inexorable, todo joven provinciano ansía publicar una docena de sonetos a su novia, o reformar la administración municipal en cuatro palotadas. Todavía no he olvidado la historia de un famoso periódico, re- cuerdo su nombre, pero no puedo decirlo, donde puse con inmoderado afán mi pluma pecadora. Hace muchos años, una docena de jovenzuelos sintiéndonos redentores, lanzamos nuestra publicación. Tenía todas las de la ley: concursos de belleza, relaciones íntimas de las señoritas de la locali- dad, croniquillas de una sátira amarga y demoledora; y andaba por aquellas columnas, una de romancicos, charadas y acrósticos dedicados a ella (ella es la escoba, como dice la gente), que se hundía la casa. Y se hundió en efecto; perdimos unos cuantos duros y muchísimas ilusiones. Justo es confesar que, como éramos románticos, lo que más nos dolió fue la pérdida de las ilusiones.
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