Page 335 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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República. A partir de ese momento los desencuentros políticos del jefe del Estado con sus presidentes de Gobierno fueron continuos. Tras la dimisión de José Giral salió elegido Francisco Largo Caballero con la oposición de Azaña, que quería mantener un gobierno exclusivamente republicano de cara al exterior. La historia es conocida: entraron comunistas e incluso anarquistas –hecho verdaderamente insólito en la historia de la democra- cia– a partir del 4 de noviembre, lo que irritó considerablemente a Azaña. Se constituyó un Gobierno de Frente Popular, la única opción realista para mantener mínimamente unida a la coalición política que había de frenar la rebelión y conducir a la República hacia la victoria. Azaña se trasladó a Barcelona y pasó por diversas residencias, siempre obsesionado por conse- guir una paz negociada frente a los anhelos de victoria de sus gobiernos. Durante la guerra pronunció cuatro discursos oficiales verdaderamente memorables (Ayuntamiento de Valencia, 21 de enero de 1937; Universidad de Valencia, 18 de julio de 1937; Ayuntamiento de Madrid, 13 de noviem- bre de 1937, y el más célebre de todos ellos en el Ayuntamiento de Barce- lona, 18 de julio de 1938) y que son testimonio inmarchitable de la cate-
Anónimo
Manuel Azaña pronunciando su discurso en el Paraninfo
de la Universidad de Valencia Fotografía, Valencia,
18 de julio de 1937
Biblioteca Nacional de España. GC-CARP/291/1A/4
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