Page 282 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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derechos de un pequeño país africano y de su emperador, poniendo en peligro la estabilidad de Europa occidental en un momento en que la Alemania nazi era ya una clara amenaza. El organismo internacional se limitó a aplicar unas sanciones descafeinadas al estado agresor, es decir, a Italia, que, por otra parte, fueron casi inmediatamente levantadas (el 4 de julio de 1936).
Azaña, a quien, en una conversación coloquial, se le escapó lo lejos que se sentía de los intereses del Negus, prefirió eludir un posible encuentro con el Duce, que probablemente sería difícil de impedir si iba a Italia. El em- bajador italiano, conocedor del comentario, rápidamente trató de utilizar- lo en favor de los intereses de Italia, y Azaña, desechando la idea inicial de
azaña o la fuerza de la palabra 281