Page 277 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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hermano, Gregorio, a cuyo entierro decide no asistir para no dar pie al es- pectáculo que habría supuesto hacerlo custodiado por la Guardia Civil, y donde recibió numerosa correspondencia (cientos de cartas y telegramas) de amigos que le respaldaban, entre ellos: Marcelino Domingo, Ángel Os- sorio, Victoria Kent y Josefina Carabias2. Sería absuelto de todos los cargos que le habían imputado injustamente, pero las acusaciones y el descrédito le pasaron factura. Así se lo confiesa a su cuñado, Cipriano de Rivas Cherif, al que escribe:
No queda más que nicetismo, Ceda, fascio y milicia. Los de enfrente estamos para mucho tiempo, perdidos. Y yo más que ninguno. No es amargura, ni despecho, etc., etc. Es la realidad. Y yo no quiero seguir en una posición falsa, como hasta ahora. Yo era la esperanza y el ídolo de las izquierdas. Pero las izquierdas no han querido en ningún caso, desde que salí del gobierno, seguir mis consejos. Han hecho todos los disparates posibles. Y yo sirvo de pararrayos. [...]. Yo no persisto en un país que se acoge a Lerroux y expulsa a las personas inteligentes. Siem- pre he tenido el presentimiento, y lo dije en mis discursos, que estába- mos en un nuevo caso como los del siglo 19. Una temporada de buen sentido y de razón, de grandes intenciones y de decencia, y luego diez o quince años de opresión españolista, patriótica, eclesiástica, etc. El golpe que me han dado es muy certero, porque aun absolviéndome, siempre seré el hombre que conspiró contra la unidad de la patria3.
Sin embargo, no tardó mucho en recomponerse. El 28 de diciembre de 1934 el Tribunal Supremo, tras tres meses de prisión, le pone en libertad y el sumario será definitivamente sobreseído a principios de abril de 19354. En breve, Azaña retomaría la pluma, para explicar él mismo los pormenores de su detención en Mi rebelión en Barcelona, un libro que publicó Espasa- Calpe en 19355.
Algo similar ocurrió con su supuesta implicación en la Revolución de As- turias, por la que también fue acusado. El asunto es complejo, porque en septiembre de 1934, en la playa asturiana de San Esteban de Pravia, se descubrió un alijo de armas, con marchamo oficial, que estaba siendo des- embarcado del vapor Turquesa y que presuntamente iba destinado a los revolucionarios de Asturias. Se trataba, en realidad, de un cargamento que se había preparado para los opositores portugueses que conspiraban, con la anuencia de Azaña, de la que hay abundantes muestras en sus Memorias, contra el régimen portugués de Carmona-Salazar6. El descubrimiento puso en el punto de mira a Manuel Azaña, que no había tenido nada que ver con el asunto de Asturias, aunque sí, evidentemente, con la ayuda a los portu- gueses. Los pormenores del caso se conservan en los archivos7. La realidad: Azaña, que se defendió brillantemente de las acusaciones en el Parlamento, salió fortalecido. El mito del azañismo cobraba nuevas alas. Azaña se sintió íntimamente reconfortado con una carta que recibió y que estaba firmada
2 Cartas que se conservan en la sec- ción de manuscritos de la Bibliote- ca Nacional. Entre ellas: BNE, Ms. 22128, 60 y 75. Y Carabias, Josefina, Los que le llamábamos don Manuel, Barcelona, Plaza & Ja- nés, 1980, p. 210.
3 Rivas Cherif, Cipriano de, Retrato de un desconocido, seguido del episto- lario de Manuel Azaña con Cipriano de Rivas Cherif, de 1921 a 1937, introducción y notas de Enrique de Rivas Ibáñez, Barcelona-Buenos Aires-México D.F., Grijalbo, 1979. p. 655.
4 El sumario completo se conserva en el Archivo Histórico Nacional (AHN), Madrid: Sumario por rebe- lión incoado contra Azaña por el Tribunal Supremo: Causa núm. 376/1934 instruida por la querella interpuesta por el Fiscal General de la República contra Manuel Azaña Díaz y Luis Bello Trompeta, Diputa- dos a Cortes, por rebelión militar con motivo de la sublevación de Ca- taluña. Signatura: FC-Tribunal_Su- premo_Reservado, Exp. 5.
5 El original manuscrito se conserva en la sede de la Asociación Manuel Azaña, en Talavera de la Reina (To- ledo).
6 Los pormenores de esta ayuda han sido exhaustivamente estudiados por Torre, Hipólito de la, La relación peninsular en la antecámara de la gue- rra civil española, Mérida, Universi- dad Nacional de Educación a Dis- tancia (UNED), 1988, y Egido León, Ángeles, Manuel Azaña. Entre el mito y la leyenda, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998, pp. 293- 335.
7 Archivo del Congreso de los Diputa- dos (ACD).
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