Page 204 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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Cuando el azar, el destino, o lo que fuere, me llevó a la política activa, he procurado razonar y convencer. Ningún político español de estos tiempos ha razonado y demostrado tanto como yo, parezcan bien mis tesis o parezcan mal. Querer dirigir el país, en la parte que me tocase, con estos dos instrumentos: razones y votos. Se me han opuesto insultos y fusiles. En paz sea dicho.
Cabe apostillar que para Manuel Azaña la historia no fue desde luego un arsenal de municiones, sino una fuente de razones.
En un apretado recuento de las observaciones, trufadas de citas, presentadas hasta aquí acerca de la relación de Azaña con la historia, podemos recalcar lo siguiente: lamentó su transmisión simplista y mistificadora, habitual en ciertos ámbitos escolares; analizó, con fundamento documental y llamativa sagacidad, diversos temas históricos; estableció comparaciones, a veces osa- das pero no carentes de agudeza, entre acontecimientos del pasado y del presente; asumió la existencia de una tradición heterodoxa de signo progre- sista en la historia de España, situando –aun a costa de ciertas simplifica- ciones y algún viraje– su propia acción política, de contenido democrático y reformista, en una línea de continuidad con aquella; y subrayó el carácter mestizo y dinámico de la cultura española en la perspectiva de un encaje constructivo de España en el mundo. Cultivador atento, si bien no profe- sional, de la historia, el presidente Azaña fue un intelectual y político que miró con inteligencia el pasado y no lo perdió de vista a la hora de soste- ner, en tiempos harto difíciles, un proyecto de civilizada convivencia para el porvenir.
¿azaña historiador? la fundamentación histórica de su acción política 203