Page 15 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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ayudar a conocer mejor su figura, la época en la que vivió y la España con la que soñó. Una España que no pudo ser debido al golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil, a la violencia y al aislamiento de España respec- to del entorno político y social europeo. Pero que, desde la recuperación de la democracia, es la España que hoy tenemos y que debemos responsable- mente preservar y cuidar. Una España que, como dice nuestra Constitu- ción, es un Estado Social y Democrático de Derecho, que se basa en los valores de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Como buena parte del resto de su generación, Azaña consideraba que Es- paña había quedado al margen de los avances científicos y sociales que habían propiciado la modernización de los países de su entorno. Para él, Europa era el espejo en el que mirarse, ya que significaba ciencia, razón, cultura, educación e investigación. Hoy disfrutamos de un proyecto euro- peo avanzado y consolidado, del que formamos parte esencial.
La muestra también incluye imágenes y referencias de la dura época del exilio, la persecución que sufrieron en Francia él y su familia, así como del ensañamiento del que fue objeto, incluso una vez fallecido en la localidad francesa de Montauban la noche del 3 de noviembre de 1940. La memoria de Azaña y su tumba en Montauban nos une a la memoria democrática europea. Y es también, un recuerdo y un homenaje a todos los españoles anónimos que sufrieron el exilio.
Lo que hace grande a Azaña es que, lejos de ser un intelectual que teoriza- ba desde una torre de marfil, intentó construir la gran arquitectura demo- crática que diera cabida a todos y todas y que apostara por la modernidad, el progreso económico y social.
Las políticas de memoria democrática han de reconocer y dar visibilidad a las personas que han hecho grandes aportaciones para la consecución de las libertades de las que disfrutamos ahora, así como a quienes han luchado por que estas libertades se incrustaran en la esencia de España. Azaña lo definió muy bien en uno de sus discursos: “yo hablo de una tradición huma- nitaria y liberal española, porque esa tradición existe”.
Tenemos que recuperar las voces de hombres y mujeres que han conforma- do la identidad de la España moderna, democrática y plural. Somos deu- dores de todas ellas. En torno a sus mensajes de libertad e igualdad, debe- mos reforzar nuestra cultura política y ciudadana. Por eso, este homenaje. Por eso, nuestro eterno agradecimiento a Manuel Azaña.
Carmen Calvo Poyato Vicepresidenta primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática
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