Page 32 - Intermedios
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cine san carlos (Teléfo- no 72827.) 0,45 V 10,45, El ídolo do las mujeres.
Metropolitano 6,45 y 10,45 (fémina, señoras mitad precio), la película de recio sabor humano y crudo realismo Sobre el cieno (hablada y cantada totalmente en español). (8)
cine delicias—6,30 y 10,30, Toby Algarada, Ca- maradas a bordo y Cuatro en la tempestad. (35)
Pleyel.-4,45, 6,45 y 10,45, Estrella de Valencia (Brigi- tte Helm). Precios de vera- no. (8)
Panorama.—11 mañana a 1 madrugada, continua. Precio único, butaca, una peseta. Lugares de ensue- ño (documental, en espa- ñol). Dibujos Betty Boop, Charlie Chaplin en la co- media paródica de largo metraje Charlot interpre- tando Carmen (grandioso éxito). (27)
cine Velussia.—(Reporta- jes de actualidad.) Sección continua. Amigos servicia- les(cómica).Películamusi- cal (variedades). Profesio- nes peligrosas. Deportes. Viajando por el Mississipí (dibujos sonoros). Butaca, una peseta. (24)
cinema Bilbao (T. 30796.)—6,45 y 10,45 Ci- vismo (en español, por Mary Brian). (2)
jardín del cinema euro- pa—^Tarde, 8, noche, 11, La farándula trágica (en españo). (2)
Proyecciones.—(Fuen- carral. 142 Teléfono 33976.)—6,45 y 10,45, no seas celosa (con Carmen Boni y André Roanne). En breve, apertura del jardín. (.35)
cine Tetuán.—7 y 10,30, Los seis misteriosos. (35)
cine elcano».—6,45 y 10,45, El hombre que ase- sinó (en español). (8)
cine de la Flor.—Alma libre (por norma Sehare y otras. Imitando a otras Empresas, los días labo- rales, hasta nuevo aviso, precios popularísimos: 0,60 y 0,40 (fémina, seño- ras mitad precio) (hablada y cantada en español).
Playa de Madrid. — Abierta todo el día. Auto- buses cada diez minutos. ‘Avenida Dato, 22. (17)
Frontón Madrid.—A las 4,45, (fémina, señoras mi- tad precio) Lucila y Elena contra Edu y Paquita. Au- relia y Lolilla contra Asun- ción y Pili.—A las 10,15 “(extraordinaria)’, quinita y Aureli contra Maruja y Carmencita (decimono- veno partido de campeo- nato), Edu y Gracia contra Ángeles y María Consuelo.
RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA
ii. POEMAS DE UN DÍA
Don Abdón-¡qué daño había hecho su nombre a su reputación de poeta! -comenzó
a acariciar una secreta esperanza, nacida en su confinación de maniático.
Había dejado una de las almohadillas del jardín en estado de pureza atendedora. no había sembrado nada en aquel trecho, y después de regarlo todos los días, ex- tendía sobre su seno el linón de las novias, para que no pudiese caer sobre su tierra ningún germen impulsado por el viento.
Los espiritistas tienen un ejercicio reservado, que consiste en hacer crecer una se- milla rápidamente sólo con la imposición del pensamiento fijo sobre el nido de las macetas.
Hay mediums floricultores que al cabo de diez horas de concentración espiritual sobre el vaso de tierra y semillas han logrado que salga la clavelina obsedada.
Don Abdón quería lograr lo que los espíritus, pero sin cecijundez, sin aquel dolor de creación, paseándose por el jardín con la imaginación suelta y pensando en sus poemas sobre el cielo para conseguir la aleación deseada de poesía aerovaga y concreción de pétalos en la entraña terrena.
Para aprovechar toda la fecundidad de su mente en la divagación del jardín, no escribía ni una línea. Sus ideas quedaban sueltas y desprendidas de ese modo, y reservaba para sus paseos por el jardín el pensar de un modo definitivo todo lo que había acariciado sólo de pasada.
La hora del riego era su hora de mayor inspiración, y procuraba inculcar en la tierra el esqueje de su poema, para que prendiese bajo la caricia del agua, verdadera
caricia de peluquería con el pulverizador de la rega- dera.
Pensamiento sobre las nubes y las mujeres que bailaron un vals con él en salones que ya se liquida- ron en la almoneda del tiempo, eran enterrados por el poeta en el terre- no poemático del jardín, y después volvía a buscar en esa diafanidad que está entre los ojos y el horizonte nuevos temas para su creación, hilando lo inconsútil en lo sutil; pasando por un estado místico de tránsito entre lo ideal y lo real, para lle- var así lo ideal capturado al sepelio en el macizo de sus anhelos.
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