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aPunteS Sobre divaS
Álvaro de Retana
 Lola Membrives 1903
Por esta fecha se presentó en el teatro Apolo de Madrid como tiple, cantante, cómica y bailarina. Lo mismo interpretaba el Carlos de “La viejecita”, que bailaba el Make Walk en “La contrata”, apropósito es- crito para ella por los Álvarez quintero. Estrenó en el Apolo “El perro chico”, de Arniches y García Álvarez, con música de quinito Valverde y José Serrano. Al estrenar “El arroyo”, sainete de López Silva y Pelli- cer, que pasó sin pena ni gloria, se advirtió las facultades de actriz de la Membrives.
En efecto, después de actuar como tiple de género chico en bastan- tes temporadas yendo y viniendo de su país natal, República Argen- tina, al adentrarse en la madurez, se dedicó a hacer comedias y aquí resplandeció todo su talento. Estrenó “Pepa doncel” de Benavente; “La Lola se va a los puertos” de los hermanos Machado y otras pro- ducciones de José María Pemán, Marquina, los quintero y García Lorca. También hizo sus actuaciones como estrella de la canción.
Es la comediante mas inteligente y estudiosa de 1950. Todo en ella esta meditado. Lo único sensible es que se dedicara tan tarde al dra- ma pues, hasta la cincuentena doblada, no pudo mostrarse genial.
En 1950 reapareció en Madrid – Teatro de la Comedia – estrenando “Paca Almuzara” obra de José María Pemán donde, si la producción no era tanto como pretendían panegiristas amigos del autor, la la- bor de Lola si era admirable.
tina de jarque. 1920
Por esta fecha, contando diez y seis años, apareció como cupletista. De caliginosa belleza escultural, muy expresiva a pesar de ser catala- na, ascendió rápidamente a la celebridad varietinesca. Se vestía con buen gusto encomiable.
Fué raptada para la revista y no tardó en ser cotizada notablemente por los empresarios de esta modalidad teatral. En las toaletas sinté- ticas, Tina producía calambres a los espectadores impresionables. Poseía voz afinada aunque sin extensión, pero expresaba con picar- día elegantísima la intención de un cuplé.
Durante la guerra fue detenida por un dirigente rojo, comandante de un batallón de milicias – Abel Domínguez- quien enamorado de ella la hizo gracia de la vida a cambio de concesiones en que ella es- taba entrenada. no logró despojarla de la joyas, pero la obligó a se- guirle en una aventura muy arriesgada. El se fugaba de España con diez millones de pesetas en oro y alhajas, procedentes de saqueos revolucionarios y fraguaba embarcar con Tina en un barco alemán fondeado en Alicante para refugiarse en la Argentina. Ella le siguió segura de que de no hacerlo la mataría. En Alicante fue frustrada la fuga por el gobierno de la República y tanto ella como él fueron fusilados.
Celia Gámez. 1925
Por esta fecha se presentó como cantora de melodías argentinas en Romea de Madrid.
Contaría de diez y ocho a veinte años, ni uno más. no produjo sen- sación artística ninguna, aunque como mujer se celebró como me- recía su resplandeciente hermosura. Se dijo que en Buenos Aires, su ciudad natal, había actuado de bataclana -corista vulgaris- pero aquí en Madrid el año 1926 estrenó como vedette “Las castigadoras”, re- vista alegre de Mariño y Lozano con música de Alonso, decidido pro- tector de Celia. Sibió como la espuma en su modalidad de vedette revisteril. Se la denominó “nuestra señora de los muslos”. A lomos de Alonso ascendió a los escenarios de Romea y Pavón estrenando las mejores producciones de éste compositor, siempre ligerísima de ropa. En 1950, ya casada, interpreta revistas a todo lujo y perfecta- mente morales. Muy afecta al Glorioso Movimiento, tuvo por padri- no de su boda al general Millán Astray. En 1950 era la mejor vedette española y la más reverenciada por el público. ninguna artista como Celia acertó a superarse como ella por la constancia en el estudio y estilización de sus propias facultades. ¡Salve!
francisca marqués. Raquel meller. 1930
De esta época es el retrato que la reproduce en su creación La Mon- jita, cuplé musicado por Jacinto Guerrero.
Raquel debutó de diez y seis años en los music-halls del Paralelo barcelonés.
Pronto fué un ídolo del público jaranero. Cantaba deliciosas atroci- dades con voz dulcísima y expresión maravillosa. Bonita e interesan- te como mujer, se presentó en Madrid en 1908 cantando en cami- sa el célebre cuplé de La Pulga, en el teatro de la Encomienda, una barraca que por entonces señoreaba aquella calle barriobajera. En 1911 al aparecer La Goya con su repertorio para ursulinas, la Meller adoptó el repertorio de Aurorita y depurada en su arte actuó en los teatros del centro del Barcelona. Ascendió su éxito al reaparecer en Madrid lo hizo con canciones aptas para los obispos. Fué contratada para hacer una semana de actuación en el teatro Español. Al cruzar la frontera del éxito de Raquel en el extranjero superó al de su pa- tria. Irascible de carácter, envidiosa, engreída, generalmente odiada por todas sus compañeras. Se casó con el literato guatemalteco En- rique Gómez Carrillo, que fué quien contribuyó a refinarla. No se ex- plotó como mujer, todas sus aventuras fueron desinteresadas y des- esperó a sus amantes con su genio. En 1950, renqueante, actuaba como fin de fiesta en cines de barriada de Barcelona. Tomó parte en un programa de la compañía de Los Vieneses, sin pena ni gloria. Se lamentó siempre de no poder haber actuado en México, ni en París.
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