Page 364 - Goya y el mundo moderno
P. 364
de Bellas Artes de Dresde, donde copia del natural y aprende composición. En esta época comienza a ganarse la vida enviando dibujos a revistas satíricas. Al finalizar los estudios viaja unos me- ses a París, acude a la escuela de Cola- rossi y entra en contacto con las van- guardias del momento, cubismo y fu- turismo. También conoce las obras de Goya, Toulouse-Lautrec y Honoré Daumier. Sin embargo, con la mani- fiesta intención de convertirse en un di- bujante profesional, continúa su for- mación en la Academia de Artes y Ofi- cios de Berlín, en la que fue alumno de Emil Orlik. Sus ambiciosos propósitos se ven interrumpidos con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en la que toma parte como soldado de in- fantería y vigilante de prisioneros. Du- rante la guerra, Grosz intenta suici- darse al no poder soportar la tensión de los combates, y se ve obligado a abandonar su posición e ingresar en un hospital. Pero allí, en lugar de curarse, su estado se agrava ya que es incluso torturado por sus propios compañeros; el recuerdo de aquella temporada lo perseguiría el resto de su vida. Una vez finalizada la guerra, Berlín padece las consecuencias: la pornografía y la co- rrupción son las únicas actividades en una ciudad repleta de cafés cantantes habitados por soldados y prostitutas. A comienzos de los años veinte, Grosz plasma estos ambientes sórdidos de la mano del dadaísmo, y acompañado por John Heartfield. Durante este pe- riodo se adscribe a acciones revolucio- narias tanto personales –cambia su nombre por el de George Grosz–, co- mo políticas –de 1919 a 1922 se afilia al Partido Comunista de Alemania (KPD)–. En 1922 viaja a Rusia con la intención de ilustrar un libro que no llegará a publicarse, y tiene la oportu- nidad de conocer a Lenin y a Trotski. De vuelta en Berlín, en 1925, se inte- gra en la izquierda del movimiento lla- mado Neue sachlichkeit (Nueva obje- tividad). La primera exposición tiene lugar en la Kunsthalle de Mannheim, en la que participa junto a Otto Dix, entre otros. Esta pintura y, especial- mente, los dibujos y litografías, ponen de manifiesto la inmensa tragedia que supuso la posguerra, escenificada por personajes miserables que contornea con trazos enérgicos de gran nitidez vi- sual. A comienzos de la década si- guiente sube al poder el partido nazi y, al igual que muchos otros artistas, Grosz se ve obligado a huir de Alema- nia cuando su obra es tachada de de- generada. Unas semanas antes de que cierren las fronteras, emigra a los Es- tados Unidos, país en el que vivirá du-
rante los siguientes treinta años. Acom- pañado de su esposa Eva Louise Peter, trabaja como profesor en el Art Stu- dents League de Nueva York e incluso abre una escuela de arte en su propio hogar. Su producción artística ameri- cana se centra en los collages forma- dos por recortes de revistas y periódi- cos que recuerdan a las obras de su pe- riodo dadaísta y que expone en nume- rosos estados. En realidad, Grosz lle- ga a acomodarse en la sociedad norte- americana, tal y como él mismo co- menta detalladamente en su autobio- grafía A Little Yes and a Big No (Un sí menor y un no mayor) escrita en 1946 y publicada en 1955. Lamenta- blemente, el 6 de julio de 1959 regre- sa a su Berlín natal, donde pierde la vi- da al caer por las escaleras de su casa, a los sesenta y seis años de edad. G.H.
Bibliografía
Grosz, G., Un sí menor y un no mayor, Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1991; Jentsch, R., George Grosz: los años de Berlín, Milán, Electra, 1997.
José Gutiérrez Solana
(Madrid 1886-1945)
José Romano Gutiérrez Solana nace en Madrid el 8 de febrero de 1886. Es el quinto hijo del matrimonio formado por José Tereso Gutiérrez Solana y su pri- ma carnal María Manuela Gutiérrez So- lana. Entre algunos recuerdos doloro- sos que marcaron su infancia, se en- cuentra el miedo que le provoca un gru- po de enmascarados que invadieron su casa en carnaval. En 1898, tras haber aprendido dibujo junto a Agustín Gar- cía del Valle y José Díaz Palma, ingresa en la Escuela Especial de Pintura, Es- cultura y Grabado. Ante la falta de en- tendimiento con sus profesores se con- suela con la visión de las obras de Go- ya conservadas en la Academia de San Fernando. Allí encuentra algunos de los asuntos más recurrentes de su pintura: máscaras, procesiones y toros. En 1904 participa por primera vez en la Exposi- ción Nacional de Bellas Artes, certamen al que acudirá regularmente. Frecuenta la tertulia del Nuevo Café Levante que preside Valle-Inclán. Entre 1909 y 1917 reside en Santander junto a su familia. De esta época provienen los viajes por España que darán lugar, en 1920, a la publicación de La España negra, en cu- yo epílogo califica a Goya como el me- jor pintor del mundo. Otros títulos de su producción literaria son Madrid. Es- cenas y costumbres (1913 y 1918), Ma- drid callejero (1923), Dos pueblos de Castilla (1924) y Florencio Cornejo (1926). Tras regresar a Madrid acude a
la tertulia de Ramón Gómez de la Ser- na que inmortaliza en su obra La tertu- lia del café de Pombo. Aprende la téc- nica del aguafuerte en la Escuela Na- cional de Artes Gráficas e inicia su eta- pa más prolífica como pintor. Obtiene una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917 por Los caídos, y una primera en 1922 con La vuelta de la pesca. En 1920 partici- pa en el primer Salón de Otoño, cita a la que acudirá en ediciones sucesivas. Su primera individual tiene lugar el año siguiente en el Ateneo de Santander. En 1922 es invitado a la Bienal Internacio- nal de Venecia, en la que participará de forma regular hasta 1942; en la edición de 1932 contó con una sala propia. Su pintura está presente en las diferentes exposiciones de arte español que se ce- lebran en el extranjero, como las de Londres (1914 y 1920), México (1925), La Haya (1928), Ámsterdam (1928-29), Oslo (1931), Buenos Aires (1935), Pa- rís (1936 y 1943), Berlín (1942) y Lis- boa (1943); y en otras colectivas: Nue- va York (1925, 1926, 1928 y 1938), San Francisco (1927), San Luis (1932) o Glasgow (1939). Entre 1924 y 1938 participa con periodicidad casi anual en las exposiciones organizadas por el Car- negie Institute de Pittsburg, en las que obtiene una mención de honor en 1933 y cuenta con sala propia en 1936. En España su actividad expositiva es igual- mente continua. Celebra individuales en Bilbao (1928), Valencia (1929), Barce- lona (1932 y 1943), Santander, Torre- lavega, Gijón (1934) y Madrid (1935 y 1943); destacando las dos del Museo de Arte Moderno de Madrid (1927 y 1929). También acude a las exposicio- nes internacionales de Bilbao (1919) y Barcelona (1929), obteniendo una pri- mera medalla en esta última. En 1925 participa en la exposición de la Socie- dad de Artistas Ibéricos, grupo con el que volverá a coincidir en San Sebastián (1931), Copenhague (1932) y Berlín (1932). En 1928 expone en la sala Bern- heim-Jeanne de París, que es un fraca- so total de crítica y público. El éxito le llega en 1933 con una exposición en el Kunstforeningen de Oslo: vende nume- rosas pinturas y se le compara con En- sor y Munch. Con el estallido de la gue- rra civil se traslada con su familia a Va- lencia. Allí realiza tres litografías alusi- vas al conflicto. En 1937 forma parte del pabellón de la República en la Ex- posición Internacional de París, ciudad a la que termina por exiliarse ese mis- mo año. Allí cosecha un nuevo éxito con una exposición en la sala de la Gazette des Beaux-Arts. El catálogo incluye las opiniones de destacados críticos fran- ceses: Jean Cassou entronca su trabajo
con El Greco, Valdés Leal y Goya. Fi- nalizada la guerra, regresa a España tras firmar una adhesión al Movimiento Na- cional y a Franco. Continúa pintando hasta que fallece el 24 de junio de 1945. Se le concede a título póstumo la Me- dalla de Honor en la Exposición Na- cional de Bellas Artes de ese año.
A.C.
Bibliografía
Calvo Serraller, F., V. Bozal, et al., So- lana en las colecciones Mapfre, Ma- drid, Fundación Cultural Mapfre Vi- da, 2005; José Gutiérrez Solana [catá- logo de exposición], Madrid, Turner, 2004.
Renato Guttuso
(Bagheria, Palermo 1912-Roma 1987) Renato Guttuso comenzó a interesar- se por la pintura desde muy pequeño. Con tan sólo trece años copiaba en pe- queñas tablas a los pintores del Otto- cento italiano y del realismo francés. Su padre, Gioacchino Guttuso, agri- mensor de profesión, pronto le anima a frecuentar el taller de Domenico Quattrociocchi, pintor naturalista, y de Emilio Murdolo, decorador y pin- tor de carros. Ya en Palermo, asiste al taller del futurista Pippo Rizzo y en 1928 participa por primera vez en una muestra colectiva, la Mostra sindacale siciliana.
En 1932 participa en la exposición del Grupo de pintores sicilianos en la ga- lería milanesa del Milione, experiencia que repetirá un año después, esta vez con el Grupo de los 4, que había fun- dado en Palermo con Giovanni Barbe- ra, Nino Franchina y Lia Pasqualino Noto en abierta oposición al Nove- cento, movimiento dominante en aque- llos años. La estancia milanesa le per- mite entablar amistad con algunos de los intelectuales y artistas más com- prometidos políticamente: Mario Ma- fai, Corrado Cagli, Mirko y Afro Ba- saldella, Raffaelle De Grada, Elio Vit- torini o Aligi Sassu. En 1937 Guttuso se establece definitivamente en Roma, donde comparte estudio con Colacic- chi y Scialoja, lugar que se convierte en punto de encuentro de artistas «com- prometidos». En 1938 se inaugura una muestra individual del artista en la Ga- lleria della Cometa y al año siguiente participa con el grupo de pintores ro- manos en la exposición de Corrente. Guttuso parece querer alcanzar con su pintura un equilibrio entre un fuerte compromiso político y el conocimien- to objetivo de la realidad pero sin lle- gar a los recursos más eruditos de otros pintores como Sassu. Realiza algunas naturalezas muertas, pero las obras
372