Page 71 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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BÓVEDAS CONVEXAS 79— Capa gruesa de conglomerado de mortero, piedras y trozos de ladrillo.— Preparación del pavimento de la escalera o plataforma.Gracias a las técnicas microscópicas, ha podi- do advertirse que los granos de arena de la pri- mera capa se adhieren sólo en su mitad superior, con lo que se explica esa microtextura tan gra- nada. Si se retira uno de ellos de su posición, se comprueba que la superficie de contacto está revestida de lechada de cal.El repicado de una parte de las capas de mor- tero ha permitido ver que la capa continua de rasillas responde a una disposición muy regu- lar a rompejuntas, similar a la del tablero techo de la iglesia baja.Una explicación constructiva de esta dispo- sición puede ser: la tercera capa es un enlucido que regulariza la superficie poliédrica de la hoja de rasillas; la segunda es la que, una vez dis- puesta sobre la anterior, permite embutir en ella las rasillas siguiendo las dos familias de gene- ratrices del paraboloide; la primera capa es con- secuencia de haber lanzado la arena sobre una lechada de cal.Todo lleva a que la hoja continua de rasillas ya estaba acabada cuando sobre ella se realizó el revoco. Esta versión contradice la de Matamala, que suponía un encofrado sobre el que se colocaban la arena y, encima de ella, los retales de rasilla.Todavía es preciso contestar, pues, a dos cues- tiones clave: ¿quién actúa como elemento por- tante? y, en definitiva, ¿cómo se construyó?El proceso de construcciónUna hipótesis que reúne con elegancia todas las preguntas y los indicios visibles puede for- mularse (J.-L. González, 2000b) a partir de la comparación de la sección descrita con algu- nas figuras de Auguste Choisy (1873), precisa- mente aquéllas con las que el ingeniero francés explicaba la construcción de las bóvedas de hor- migón de la arquitectura imperial romana. En ellas aparece lo que se ha considerado siempre como un antecedente de las bóvedas tabicadas catalanas: las bóvedas delgadas de piezas cerá- micas que actuaban como encofrado perdido de las auténticas bóvedas resistentes, que eran las de hormigón (fig. 12-13). A la vista de esas figuras, es razonable afirmar que en el pórtico de la iglesia de la Colònia Güell nos encontra- mos con unas bóvedas construidas a la manera romana. No sólo es un procedimiento totalmen- te factible, sino además el más apropiado a las características de la obra.La primera operación es la realización del soporte del encofrado mediante tablones segúnImágenes de cómo hacían los constructores romanos las bóvedas de hormigón con la ayuda de piezas cerámicas apoyadas sobre tablones de madera (fig. 12-13)A la izquierda y anterior: Representación informática de la generación de tres bóvedas del soportal de la iglesia dela Colònia Güell


































































































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