Page 50 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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56 ESTRUCTURA Y ESPACIOUn ejemplo de ese rasgo tan específico de Gaudí es la cripta de la Colònia Güell (fig. 15). Las columnas de basalto, macizas, pétreas y cortadas, aparentemente, de cual- quier forma, siguen con unos arcos concéntricos de una geometría precisa. Esa racio- nalidad a simple vista opuesta en cuanto a los pilares y las bóvedas origina uno de los espacios interiores más ricos y sorprendentes de la arquitectura del siglo XX.La sorpresa es siempre el resultado de un proceso, de un recorrido que no acaba de entenderse. Ese alejamiento que se observa en la obra de Gaudí por la dificultad de pene- trar en su proceso creativo es otro de los motivos que justifican que la arquitectura gaudiniana prácticamente no haya tenido discípulos y haya acabado con él. Sin embar- go, no fue ajena a su tiempo y participó de las características de lo que dio en lla- marse modernismo: preeminencia de las formas curvas y abigarramiento decorativo combinados con la utilización al límite de los recursos constructivos tradicionales. Den- tro de ese marco, Gaudí se distinguió porque se centró básicamente en el orientalismo y en el gótico como estilos inspiradores principales, el primero en cuanto a la decora- ción y el segundo en cuanto a la estructura.También constituye una de sus peculiarida- des llevar al límite (mucho más que sus compañeros de generación) el diseño global, desde la estructura hasta el mobiliario. En ese aspecto hay que añadir el peso de toda la investigación y el trabajo que realizó con la finalidad de incorporar a la arquitectu- ra los elementos simbólicos, los cuales invadieron por todas partes su última y tantas veces mencionada obra, la Sagrada Família. En ella el simbolismo lo alcanza todo, des- de el material puro (pórfido, basalto, granito y calcárea, según las cargas que reciban las columnas), hasta las esculturas y los elementos que coronan las torres y las bóve- das.Todo ese exceso apasionado, la utilización de los efectos barrocos tanto en la super- ficie como en el espacio, y la auténtica obsesión por extraer imágenes decorativas de la naturaleza, una de sus fuentes de inspiración más importantes, ocultan al gran racio- nalista que encuentra formas de la arquitectura moderna que tan sólo surgen a partir del uso de estructuras avanzadas de hormigón armado.La evolución de Gaudí entre todas esas características es, en resumen, un camino que va del eclecticismo a la pureza y la racionalidad. Es un recorrido que empezó en las pri- meras obras, parciales o de mobiliario urbano, que podrían resumirse en el posterior y medievalista Palau Güell, importante sobre todo por un trabajo de decoración exhausti- vo, pero que ya plantea la serenidad y la austeridad de las cuadras en el sótano. Más ade- lante surgió el Gaudí más importante, el del Parc Güell, La Pedrera y la Casa Batlló. Es el período de las rupturas con las esquinas, los ritmos de las aperturas, el nuevo concep- to de azotea, la fascinación cromática y formal. Finalmente, tenemos el Gaudí maduro, definitivo, el de la cripta de la Colònia Güell, las Escuelas Provisionales de la Sagrada Família y la propia Sagrada Família; el hombre solitario que construye su propia sole- dad, que deja atrás todas las reglas previas y los eclecticismos del pasado. Es la búsque- da de la expresividad en sí, el riesgo en cada decisión, la depuración (e inversión al mismo tiempo) increíble del gótico, el constructivismo y el cubismo del futuro vislumbrados en detalles, perspectivas y recursos constructivos. Y el cenit de su rigor y su pureza.C.B.Y J.M.Columnata que soporta la gran plaza del Parc Güell y que recuerda formas del orden dórico (fig. 13)Conoides de los muros perimetrales de las Escuelas Provisionales dela Sagrada Família (fig. 14)A la derecha:Visión general del interiorde la iglesia de la Colònia Güell (fig. 15)


































































































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