Page 104 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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113BÓVEDAS HIPERBÓLICASDetalle de la construcción Cúpula hiperbólica de las caballerizas Capiteles hiperbólicos de un hiperboloide de una hoja donde de la Finca Güell (fig. 2) del Palau Güell (fig. 3) se observa el armado siguiendosus generatrices (fig. 1)La singularidad de la arquitectura de Gaudí se basa en las características de las superficies que definen sus espacios, que se alejan de las que se han utilizado normalmente, mucho más simples, y están formadas básicamente por conoides y por cuádricas regladas, salvo el paraboloide de revolución y los elipsoides, que utilizó de forma más puntual, sobre todo en los nudos y en los capiteles.De las superficies regladas que utilizó más, los conoides, los paraboloides hiperbólicos y los hiperboloides de una hoja de revolución, ésta última es la más compleja. Gaudí entró en con- tacto con estas formas cuando estudiaba geo- metría en la Escuela de Arquitectura de Barce- lona, siguiendo el texto de C. F. A. Leroy (Leroy, 1875), sucesor de Gaspard Monge en la Escue- la Politécnica de París. El interés que sintió por esas formas hizo que, a pesar de la dificultad de concepción y de construcción que presentaban (fig. 1), se convirtieran en la forma gaudiniana por excelencia de definir espacios arquitectóni- cos. Una de las primeras utilizaciones que hizo Gaudí del hiperboloide de revolución fue en la cúpula central de las caballerizas de la Finca Güell (fig. 2). Más adelante se encuentran en los capi- teles del Palau Güell (fig. 3), en la bóveda para el giro de carruajes del Parc Güell (fig. 4, p. 114)y, finalmente, en el proyecto del templo de la Sagrada Família, donde el hiperboloide de una hoja se transformó en la pieza fundamental de los techos de las naves (fig. 5, p. 114).En éstos últimos, medio hiperboloide pleno forma el capitel de las columnas que soportan el techo del templo, lo que permite la continui- dad con la sección circular de la parte superior de las columnas. El hiperboloide vacío, que mues- tra su piel interna, es la base para formar el techo de la nave, como un conjunto de claraboyas soportadas por las columnas, por donde se fil- trará la luz natural que llega de las cubiertas, y también la artificial instalada adecuadamen- te para producir un efecto similar.Gaudí hizo las intersecciones de los hiper- boloides de una hoja, difíciles de materializar sobre el papel por la geometría descriptiva tra- dicional, con modelos de yeso, en los que pudo definir cada una de ellas con la ayuda de recur- sos geométricos sutiles. El arquitecto resolvió el paso de un hiperboloide de una hoja al otro con paraboloides hiperbólicos, también super- ficies regladas que pueden mantener la conti- nuidad de las formas resultantes por medio de generatrices comunes. Cèsar Martinell explica que Gaudí obtenía la intersección de un hiper- boloide de una hoja produciendo un plano de luzCARLES BUXADÉ JOAN MARGARITA la izquierda: Modelización informática del hiperboloide de una hoja y sus generatrices


































































































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