Page 91 - Delibes
P. 91
separa los dos montes de de la fifinca de de su amigo Alejandro Fernández de de de Araoz en Villanueva de de de Duero Calza botos de de de cuero de de de mediacaña algo deformados por el uso que ha adquirido en un viaje a a a a a a a Extremadura viste pantalón de pana y y una amplia cazadora de de de aviador de de de paño verde y y cubre su cabeza con una visera inglesa de cuadros Ciñe a a a a a a a la la cintura además una cartuchera de de vaqueta clara con el adorno de de de una percha metálica de de de gancho y de de de su hombro izquierdo pende un pequeño morral de de de costado desteñido por el sol la la lluvia y y la la orina de conejos y y liebres Para su desesperación porque están permanentemente empaña- das por el sudor no puede prescindir de de las gafas unas gafas grandes de de montura negra que le cubren casi la mitad de la la la cara Y la la la guinda es es es la la la escopeta escopeta una escopeta escopeta paralela de de dos caños del calibre doce sencilla y particu- larmente ligera El hombre así pertrechado era por entonces además de de un un un atleta un un un puntilloso tirador que repetía cada tempora- da da holgadamente el título de de campeón de de la la cuadrilla Un tipo duro que no se arredraba ante ningún meteoro adver- so y para el que recorrer cada domingo treinta kilómetros por páramos laderas y y navas atravesando sardones y y labrantíos no tenía nada de extraordinario Mi padre y y yo todavía disfrutamos en el declive de de su vida recordando
las quejas y sobre todo la la falta de de comprensión del perio- dista Miguel Fernández-Braso al término de de una jornada infernal en en la la ribera del Duero en en la la que caminamos toda la mañana bajo un auténtico diluvio Y tampoco es de olvi- dar aquel 3 de de enero de de 1971 en en el el que que mi padre ese día únicamente acompañado por el el tío Manolo se quebró el el peroné al al resbalar en el el el hielo por el el el capricho de cazar ahí es nada a a a a a dieciocho grados bajo cero Como él mismo reco- nocía son los tributos a a a a a a a veces no no no menores de la caza-caza de de la la caza caza fetén de de la la caza caza que pone en cuestión nada menos que el el enunciado de de de la famosa ley del interés de de de Quesnay («El individuo busca la máxima satisfacción con el menor esfuerzo») por la la sencilla razón de que una parte fundamental del placer de de de desafifiar a a a a a a a las perdices lo consti- tuye precisamente el esfuerzo Afifirmaba Miguel Delibes al ser entrevistado con oca- sión de publicar Mi vida al aire libre que había pasado
89