Page 194 - Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado
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 21. Un panorama introductorio en: FERNÁNDEZ DÍAZ; GARCÍA CÁRCEl, 2004, tomo 8, pp. 340-349. La documentación que procedente del Consejo de Estado se conserva en el Archivo Histórico Nacional (Madrid) es elocuente a la hora de fijar los parámetros y la evolución de esta relación (AHN, Estado, Negociado de Marruecos (1766-1833), ochenta legajos; AHN, Estado, Negociado
de Turquía (1782-1852), sesenta
y dos legajos —en el Negociado
de Turquía se incluye además la correspondencia con Constantinopla y las regencias turcas de Trípoli y Túnez—). AHN, Estado, Legajo 3372, Expediente 14, “Tratado de Aranjuez de Amistad y Comercio entre España y Marruecos firmado el 30 de mayo de 1780”. AHN, Estado, Legajo 3373, Expediente 9, “Tratado de Paz, Amistad y Comercio entre España y Turquía firmado en Constantinopla el 14 de septiembre de 1782”. AHN, Estado, 3372, Expediente 14, “Convenio de Amistad y comercio entre el rey de España y el emperador de Marruecos firmado por el Conde de Floridablanca y el ministro plenipotenciario Mohamet Ben Otoman” —Aranjuez, 30 de mayo de 1780—.
22. AHN, Estado, 3380, Expediente 6, “Copia del Tratado de Paz y Navegación entre las Dos Sicilias y el Imperio Otomano firmado en Constantinopla el 7 de abril de 1740” (sobre el mismo asunto puede verse: AHN, Estado, Legajo 3390, Expediente 22 y Legajo 3380, Expediente 6). AHN, Estado, 3411, Expediente 1, “Expediente relativo a la negociación de un tratado entre España y Turquía con informes sobre la negociación de un tratado entre Nápoles y Turquía (1736-1742)”. Sobre el mismo asunto véase: AHN, Estado, Legajo 3374, Expediente 57.
23. Sobre esta relación puede verse: AguilAR PiñAl, Francisco. Bibliografía
Santa Catalina, situada en la costa brasileña. Este importante acuerdo hispano-luso fue posteriormente ratificado con la firma del Tratado de amistad, garantía y comer- cio, signado en El Pardo el 11 de marzo de 177827.
Finaliza la exposición con un amplio espacio dedicado específicamente al tema científico-cultural. Bajo el lema, que es toda una declaración de intenciones del uni- verso ilustrado, Un mUndo Por conocer. CUltUra y eXPloraciones científicas, se revisa la forma en la que Carlos III promovió la ciencia, la cultura y las exploraciones científicas ultramarinas (terrestres y marítimas) a gran escala. España, como ya seña- lase Antonio Domínguez Ortiz, fue un país que recibió y desarrolló la Ilustración de una manera plena. Podemos al mismo tiempo afirmar que el monarca inauguró en estos momentos el prestigio de lo científico para los gobernantes.
Continuando la estela iniciada en su etapa napolitana, como rey de España promovió las investigaciones en la ciudad maya de Palenque, situada en el Virreinato de la Nueva España (aproximadamente desde 1773 en adelante) [Cat. nos 77 y 78]28. Y otros súbditos que participaron de aquella atmósfera ilustrada hicieron lo propio en otras partes de la América española: fue el caso del obispo del Trujillo Baltasar Jaime Martínez Compañón (1737-1797) y su interés por las fascinantes culturas mo- che y chimú del Norte del actual Perú —reflejadas de manera magnífica en el volumen iX de la obra manuscrita titulada Trujillo del Perú y conservada en la Real Biblioteca (Palacio Real de Madrid)— [Cat. no 79]; y del arzobispo de México Francisco Anto- nio de Lorenzana (1722-1804), coleccionista de piezas procedentes, entre otros luga- res, del área cultural de las Praderas norteamericanas. Conjunto este último que a su muerte quedó adscrito al patrimonio de la mitra toledana y que pasaría con el tiem- po a unirse a las colecciones del Infante Don Luis Antonio de Borbón (iniciada antes de 1757) —hermano de Carlos III—, a través de su hijo el también arzobispo de To- ledo Luis María de Borbón y Vallabriga que las heredó a la muerte de su padre en 1785. Formando el conjunto que conocemos como colección Borbón-Lorenzana [Cat. nos 83, 84, 85 y 86]29.
Para recoger y estudiar la flora y la fauna de América se creó el Real Jardín Botánico en Madrid, y se promovieron varias expediciones botánicas.Y también bajo su protección, y con un doble objetivo estratégico-científico, se realizaron varios e importantes periplos científicos al continente americano (por ejemplo a la costa No- roeste americana donde preocupaba el avance ruso hacia el Sur) y al océano Pacífico (expediciones a Tahití y a otros puntos de la Polinesia).
España fue en ese periodo una nación exploradora y como ejemplo de ello se han traído a la exposición algunos retratos de sus actores, modelos de los barcos en los que viajaban, así como ejemplares del moderno instrumental científico usado en sus empresas. Una pequeña muestra del afán y esfuerzo puesto en el objetivo de contribuir al aumento de la grandeza y del prestigio de la nación.
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