Page 145 - Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado
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 LA CIENCIA Y LA PÚBLICA FELICIDAD 143
por su tierra, además de buscar la mejora y el bienestar propios de la Ilustración. Más tarde se integrará en una de las principales creaciones científicas de los Borbones, el Jardín Botánico madrileño, cuya puerta del Paseo de Prado nos recuerda al rey Carlos.
Sin duda fue este un buen ejemplo de las fundaciones científicas ilustradas, si bien no era original, pues jardines botánicos había siglos atrás en monasterios y con- ventos, universidades, palacios y hospitales, que en el renacimiento se extendieron buscando belleza o bien utilidad. Desde antiguo tenían una función farmacéutica, pues las plantas eran el principal remedio terapéutico a utilizar. En efecto, el médico hipocrático a la cabecera del enfermo pensaba en primer lugar en la dieta, en la re- gulación de la vida, en segundo en los remedios botánicos y en tercero en la cirugía, muy peligrosa hasta bien avanzado el siglo XiX. Los jardines botánicos eran sobre todo destinados a obtener plantas médicas, cuya comercialización se activó con el descu- brimiento de América. Tras las drogas y especias tradicionales venidas de Oriente, comenzaron las americanas como la quina o el bálsamo de Perú, algunas fueron in- cluso cultivadas en huertos de terapeutas interesados en las nuevas drogas, como Nicolás Monardes en Sevilla.
 Botiquín de viaje. S/a. [Siglos XViii- XiX]. Universidad Complutense de Madrid, Museo de la Farmacia Hispana Cat. no 94.
Al renacimiento del saber europeo se habían añadido las novedades ameri- canas, así las útiles plantas allí descubier- tas, que justificaban los intentos de traer esos productos, e incluso aclimatarlos y
 





























































































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