Page 42 - 100 años en femenino
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 Dolores Ibárruri Gómez, Pasionaria, presidenta del Partido Comunista de España (PCE) y diputada por el Frente Popular
al estallar la Guerra Civil
Madrid, 1936
Agencia EFE, Madrid
El primer artículo de la Constitución podría decir que España es una República democrática y que todos sus poderes emanan del pueblo; para mí, para la mujer, para los hombres que esti- man el principio democrático como obligatorio, este artículo no diría más que una cosa: España es una República aristo- crática de privilegio masculino. Todos sus derechos emanan exclusivamente del hombre.21
Por tanto, sus intervenciones durante el duro debate cons- titucional rechazaron cualquier intento de aplazar la conce- sión del voto, postura defendida por la otra diputada Victoria Kent, del Partido Radical Socialista, en aras a la convenien- cia política de proteger el nuevo régimen republicano del supuesto voto conservador de las mujeres. Al situar la legi- timidad de la democracia republicana en la igualdad, Cam- poamor asentó la ciudadanía política universal como princi- pio básico del nuevo régimen democrático.
Durante la Segunda República el sufragio y los derechos políticos se consiguieron en la Constitución de 1931, mien- tras las reformas sociales que se efectuaron en los ámbitos de la maternidad, de la familia, del trabajo y de la educación consolidaron el principio de igualdad y los derechos de las mujeres.22 A partir del marco de la igualdad democrática, la nueva mujer republicana emergió con fuerza y reclama- ba sus derechos y su valor social. Es cierto que durante la Segunda República se produjo una mayor actividad políti- ca femenina. Esta se refleja, no solo en la presentación de mujeres como candidatas a concejal en muchos ayunta- mientos, sino también en las numerosas publicaciones que discutieron el rol político de las mujeres. Sin embargo, en la máxima representación política como diputadas había muy pocas mujeres. A lo largo de las diferentes legislaturas de la Segunda República solo nueve mujeres lograron ser elegidas diputadas parlamentarias. Pocas asentaron una posición de liderazgo en la vida pública, como Dolores Ibárruri en el ámbito comunista y Federica Montseny en la órbita anar- quista. Algunas asumieron cargos públicos, como Victoria Kent, pero, en su conjunto, se trataba de una pequeña élite poco representativa de la incidencia de las mujeres en la dinámica política del país.
21— Campoamor, op. cit., 1981. pág. 69.
22—Ana Aguado, «Entre lo público y lo privado: sufragio y divorcio en la Segunda Repú- blica», Ayer, núm. 60, 2005. Mary Nash (ed.), Ciudadanas y protagonistas históricas. Mujeres republicanas en la II República y la Guerra Civil, Madrid, Congreso de los Dipu- tados, 2009.
43—Mary Nash Las mujeres en el último siglo

























































































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