Page 134 - 100 años en femenino
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Una emigrante española, procedente
de Murcia y llamada Fuencisla, trabaja en una industria conservera en Wolfenbuettel Alemania, años sesenta
Agencia EFE, Madrid
contacto con el exterior, las modificaciones en las pautas de consumo, y el crecimiento de las aspiraciones profesiona- les y de los deseos de independencia económica. Todo ello lleva a un aumento de la presencia de las mujeres en el mer- cado de trabajo, al mismo tiempo que sigue recayendo sobre ellas la responsabilidad del trabajo doméstico y del cuidado de la familia. La idea clave será la de la compatibilidad. Así se constata, por ejemplo, en los mensajes que las revistas feme- ninas envían a sus lectoras en esos años (Muñoz Ruiz, 2003). Si nos preguntamos por los servicios sociales con los que las españolas podían hacer frente a esa compatibilidad, por ejemplo, guarderías infantiles, el balance es muy pobre. En los años cuarenta se habían creado algunas en localidades levantinas, en relación con la importancia de la mano de obra femenina en el sector naranjero, a las que hay que sumar las fundadas en los años sesenta en Poblados de Absorción y Unidades Vecinales de Absorción (UVA), tras detectar las necesidades de la población que emigraba a los grandes núcleos urbanos. A pesar de que un decreto de 20 de agosto de 1970 insistía en la necesidad de armonizar el trabajo por cuenta ajena de la mujer y sus deberes familiares, singular- mente como esposa y madre –para lo que se anunciaba la creación de una red de guarderías–, según un informe pre- sentado en 1975 por el Departamento de Promoción de la Sección Femenina el número de guarderías infantiles labo- rales en toda España era inferior a 50, y el número de plazas rondaba las 5000 (Ministerio de Trabajo, 1978). Esa falta de servicios sociales se ha señalado también desde otra perspec- tiva: mientras que el desarrollo del estado del bienestar en distintos países había sido una fuente de creación de puestos de trabajo para las mujeres, eso no había ocurrido en la Espa- ña de los años setenta (Weiler, 1977).
La Transición y la democracia
1975, declarado Año Internacional de la Mujer por la ONU y fecha de comienzo de la transición política en España, fue una ocasión para la salida a la luz del movimiento feminista que se venía formando en la clandestinidad en los años ante- riores. Así, en las I Jornadas por la Liberación de la Mujer, celebradas en Madrid en diciembre de 1975, o en las Jornades Catalanes de la Dona, de mayo de 1976 en Barcelona, entre otras, se reclamó el fin de toda discriminación para las muje- res en el ámbito laboral, así como la desaparición de leyes protectoras, por considerar que marginalizaban a las mujeres
135—Gloria Nielfa Trabajo, salud y vida cotidiana de las mujeres en España durante el siglo xx