Page 141 - El rostro de las letras

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prevenido, fuerte, orgulloso y violento cuando llegaba el caso, que no titubeaba a la hora de desacatar las órdenes de sus superiores, cuando creyó que debía hacerlo. En sus fotografías últimas nos contempla desde su aventajada estatura con el mentón decidido, la mirada firme, impo- nente el porte y una dignidad frontera a la altivez, que se avenía muy bien con la humildad, a la hora de posar para el escultor Arnau. Como había ocurrido con Guimerà, también las multitudes acudieron en masa para acompañarle en su último viaje por las calles de una ciudad dolori- da, como atestigua el magnífico reportaje que realizó Merletti.
Armando Palacio Valdés (Entralgo, Asturias, 1853-Madrid, 1938), asturiano como Clarín, recorrió con él los lances políticos del siglo. Contrariamente al autor de La Regenta, frecuentó en su juventud los estudios fotográficos, una costumbre que explicaría la cantidad de fotografías suyas que se conservan, en las que encontramos a un hombre de noble planta, ojos claros, ancha la frente, la barba apreta-
SALAZAR. Retrato de Armando Palacio Valdés. Hacia 1910 (MECD, AGA, Fondo MCSE)
Página siguiente: Palacio Valdés retratado por COMPAÑY. 1887 (MECD, AGA, Fondo MCSE)
Palacio Valdés Palacio Valdés era hombre que aparentaba una cordialidad que no tenía. A mí me parecía que todas sus frases, por muy piadosas que fueran, sonaban a hueco.
PÍO BAROJA