Page 132 - El rostro de las letras

RETRATOS PARA TODOS 115
con los que mantuvo una amistosa relación. Arauna lo sorprendió en sus horas de ocio en su casa de Polanco, con las personas de
su cercanía y, traspasada ya la frontera de la muerte, en la hora luctuosa de sus exequias en Santander, en olor de multitudes.
Doña Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-Madrid, 1921), fue
muy solicitada por los fotógrafos, desde los días en que la retrató el jovencísimo pintor Vaamonde, que la escritora inmortalizó en su novela La Quimera. No era entonces infrecuente sorprenderla en las reuniones sociales de Madrid, en el Parque Florido del famo-
so coleccionista Lázaro Galdiano, tan cercano en sus afectos a la escritora; o en el palco de la ópera de los duques de Valencia, junto al célebre cronista Montecristo. Eran los días en que comenzaba a abrir sus propios salones de la madrileña calle de la Princesa, en los que alternaba con la duquesa de Osuna, Emilio Castelar, Linares Rivas, Menéndez Pelayo, Echegaray, Cánovas del Castillo y Juan Valera. Ya era entonces doña Emilia la flamante condesa de su apellido, un valor seguro en las reuniones de sociedad, en las que desplegaba su facundia y su talento, su parla brillante y sabihon- da, y aquella mirada suya entre estrábica y penetrante, con la que hacía olvidar su menguada estatura, su busto ubérrimo, el exceso de sus sombreros malvas y su inseparable boa de plumas con las que le inmortalizó Vaamonde. Sus fotografías, multiplicadas en las páginas de la prensa, alcanzaron gran popularidad, tanto las reali-
Emilia Pardo Bazán Era egó- latra en alto grado. Nadie se atrevía a contradecirla. Sabido es que nunca fue guapa. Tenía una cara corta, unos ojillos de miope, y el busto y los brazos demasiado opulentos. Recibía en su despacho, un aposento interior con escribanía de pla- ta, carpeta de cordobán histo- riada, y libros de consulta muy bien ordenados.
ALBERTO INSÚA
Emilia Pardo Bazán trabajando en su estudio. 1895. A la izquierda, la escritora es recibida en su finca por los doctores Moliner y Latorre. Provincia de La Coruña, 1910 (MECD. AGA. Fondo MCSE)