Page 163 - Perú indígena y virreinal
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los incas [1450-1533] LISY KUON
Los incas que se definían como descendientes sagrados del Sol, domina- ron y gobernaron un territorio al que denominaron «Tawantinsuyo» o «las cuatro partes del mundo», que abarcaba territorios de cinco repúblicas andinas actuales y se extendía desde las sierras de Ecuador y parte de Colombia por el norte, hasta el centro de Chile por el sur. El Pacífico cons- tituía la frontera occidental y la oriental se encontraba en las faldas de la cordillera de los Andes, en la cuenca del Amazonas y del Chaco (hoy Argen- tina).
Con un dominio relativamente corto, desde 1440 hasta la llegada de los españoles en 1532, la civilización incaica fue una de las cinco civiliza- ciones autónomas en la historia universal. Con su capital, la ciudad del Cuzco, esta cultura impresionó a los primeros españoles por su avanzada tecnología en la construcción de caminos y puentes, en proyectos de con- trol hidráulico, en el traslado de población entre diferentes regiones, en la coordinación del calendario agrícola, en el control vertical de pisos ecoló- gicos, en la domesticación de plantas y animales nativos, entre los más importantes logros. Si a estos méritos añadimos la evolución en la obra de cantería trabajada a la perfección, el dominio del barro, la rica textilería y otras artes surgidas y desarrolladas en ese corto período, aún hoy los resul- tados nos impresionan.
Las conquistas técnicas y artísticas de los incas fueron consecuencia de un proceso evolutivo de la cultura andina que duró milenios, siendo ellos los herederos de anteriores estados andinos, como han evidenciado los resultados de las investigaciones arqueológicas.
En el siglo XV, el arte y la tecnología alfarera en los Andes habían alcan- zado su mayor desarrollo. Maestros especializados, posiblemente entrena- dos en talleres oficiales del Cuzco, tuvieron a su cargo la manufactura en barro. En sociedades con organización política jerarquizada como la incaica, la producción y los recursos fueron controlados desde los centros de poder.
En la alfarería inca la diversidad de formas y decoración responde a la diversidad de usos y funciones, y éstas a su vez, responden a la demanda social y política del estado y de los usuarios. La función de la cerámica fue muy variada, desde la doméstica hasta la ritual. Es evidente que ésta fue hábilmente utilizada como medio de difusión de la ideología incaica.
La cerámica fina, bellamente decorada y de apariencia elegante, está aso- ciada con la elite dominante, los grupos de poder y la función religiosa. En la cerámica incaica existen once formas básicas. Son representati- vos los aríbalos, las vasijas más comunes, de gran variedad en tamaño, perfil, acabado y decoración. El investigador peruanista Max Uhle las llamó así por su parecido con los recipientes griegos. De forma piramidal, su base cónica sirvió para fijarlas en el suelo. Se utilizaron para fermentar la chicha, bebida de maíz de uso ceremonial. Pintadas con iconografía diver- sa como cóndores y flores, en la parte superior llevan decoración plástica de cabeza de felino, símbolo de lluvia, fuerza y poder en el sistema de cre-
encias incaicas.
Las escudillas fueron tan difundidas como los aríbalos. De perfil a
modo de plato abierto, a veces sus paredes son encorvadas y otras expan- didas. Existe gran variedad de ellas en tamaño, decoración pintada con flo- ra o fauna y adornos modelados, siendo las representaciones más comu- nes las zoomorfas, con cabeza y cola de ave, felino o serpiente, que se proyectan desde el borde.
Los queros, vasos ceremoniales cuya forma cilíndrica de diverso ta- maño y perfil tienen larga duración como se ve en los vasos tiwanaku (400 a.C. - 1100 d.C), fueron hechos en pares, el femenino y el masculino simbolizando uno de los principios de la cultura andina: el de los opues- tos complementarios. Los queros prehispánicos fueron trabajados en cerá- mica siguiendo tradiciones de culturas anteriores. También se elaboraron en madera con incisiones, diseño geométrico y sin policromía. Durante el virreinato, en los siglos XVI, XVII y XVIII, los descendientes de los incas con- tinuaron ejecutándolos en madera, con decoración figurativa polícroma y cumplieron la misma función ceremonial prehispánica andina.
La piedra fue otro material que los incas trabajaron con destreza. La utilizaron en sus monumentales edificaciones e igualmente para tallar grandes y pequeñas esculturas como objetos rituales y de sentido cere- monial. Representaron animales como el puma, tallaron fuentes ceremo- niales con serpientes en relieve y en forma de aves como el cóndor, y muchas otras piezas, entre las que se sugieren ser tableros de juego o tal vez maquetas, usos aún no determinados.
[ 170 ] CATÁLOGO. PERÍODO INDÍGENA