Page 406 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
P. 406
Eduardo Arroyo
Manuel Azaña
1990.
Técnica mixta sobre papel, 28 × 24 cm.
Colección particular
EN PRIMER LUGAR, TENGO QUE AGRADECER, EN NOMBRE
del Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), la oportu- nidad de participar en esta conmemoración del ochenta aniversario de la muerte de Manuel Azaña en su exilio francés. También es de justicia reco- nocer el esfuerzo del Gobierno español por restaurar, con la mayor digni- dad, la memoria del exilio, como ya hizo su presidente con visitas a Mon- tauban y México, dos símbolos destacados de aquel, y ahora con este recuerdo de quien fuera el paradigma de la Segunda República española y el gran defensor de las libertades de los españoles tanto en la paz como en la guerra. Es la primera vez que todo ello sucede como demostración de una voluntad inequívoca de un Ejecutivo que tiene fe en el deseo de tolerancia de los españoles.
El protagonismo político de Manuel Azaña se extendió a lo largo de una década, desde 1930 a 1940, que comprende la Segunda República y la Guerra de España que, entre otras cosas, supuso la cancelación de la demo- cracia y el parlamento, dando paso una dictadura que perduró cuarenta años. En realidad, lo sucedido en España entonces era la premonición de los nuevos tiempos que se avecinaban en Europa, en la que los regímenes democráticos y parlamentarios sufrieron la quiebra a manos del avance totalitario en el continente.
Con la desaparición de Manuel Azaña y la República, que él representó y presidió, se dio por finalizada una etapa histórica en la que había alcanzado el máximo desarrollo la oratoria política y la capacidad de actuación de los representantes parlamentarios. Además, se da la circunstancia de que el presidente Azaña ha sido, a mi juicio, el último político democrático español
MANUEL AZAÑA EN LA ACTUALIDAD
Manuel Muela
Presidente del Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE)
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