Page 378 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook

Ernesto Giménez Caballero
Manuel Azaña (profecías españolas)
Madrid, Ediciones de
La Gaceta Literaria, 1932 Colección particular
DESDE EL INICIO DE SU CARRERA POLÍTICA, MANUEL AZAÑA
fue el centro de acusaciones personales que tenían por objeto dibujar una personalidad incompatible con las virtudes que pudiera reclamar una sóli- da acción política e intelectual. Que esas imputaciones pudieran incluso ser contradictorias proviniendo del mismo acusador y en el mismo momento, es cosa sin importancia si la fórmula resultaba suficientemente efectista. Así, el muy intenso Ernesto Giménez Caballero, hombre de retórica ajena a cualquier continencia, ya en 1932, en su Manuel Azaña (profecías españo- las), le definió como “soberbio e ingenuo, pródigo, duro, pudoroso, triste y solitario, místico y nihilista, rebelde y valiente, sarcástico y humorista”, atribuyéndole de paso un “fondo pagano”.
Pero al margen de las calumnias, definiciones pintorescas, o llanos insultos, dedicados con poco tiento por la derecha más refractaria al proyecto de transformación de la sociedad y la política que Azaña representó desde sus más prontas aportaciones al debate público, existe una serie de tópicos que, repetidos desde sectores ideológicos diversos, sin pretender denostar su fi- gura, se admiten acríticamente como una característica aneja, bien a las fallas inevitables que acompañan a todo ser humano, bien como rebaje necesario para el asombro que a menudo produce su considerable talla intelectual. El espíritu de tales atribuciones tal vez se resuma bien en el tranquilizador aserto, tan clásico y cinematográfico, de “nadie es perfecto”.
Además, no siempre esas inopinadas adscripciones ideológicas se destacan como defectos del personaje, a menudo se resaltan como justificación, por argumento de autoridad, de las posiciones propias. Sin embargo, una apro- ximación algo más atenta, tanto a sus posiciones teóricas como a su praxis
ALGUNOS MITOS O INEXACTITUDES SOBRE EL PENSAMIENTO DE AZAÑA
José Miguel Sebastián Carrero Juan Carlos Talavera Lapeña
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