Page 35 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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Notariado del Ministerio de Gracia y Justicia. Ya era un funcionario públi- co con un sueldo seguro nada desdeñable. Por otra parte, escribe una no- vela, que está perdida, y progresa en sus estudios de francés e inglés. Ma- nuel Azaña no perdió el tiempo en su ciudad natal. Pero su pensamiento empezaba a casar mal con la burguesía alcalaína y con los propietarios de fincas rurales. Algo le desvinculaba profundamente: la distancia ideológica que separa a un conservador de un liberal progresista. Prueba de ello será su aproximación al Partido Socialista, gracias a su amigo Antonio Fernán- dez Quer, que le lleva a inaugurar la Casa del Pueblo de su ciudad. Su conferencia inaugural lleva por título El problema español y fue dictada el 4 de febrero de 1911. De ella nos permitimos editar un facsímil el 22 de mayo de 1987 con motivo de la inauguración de su monumento, siendo alcalde quien esto firma, y de acuerdo con el ejemplar original cedido por la familia San Luciano, de quienes ya hemos hecho referencia más arriba, y cuya generosidad se puso una vez más de manifiesto. También, con mo- tivo de esa inauguración, se editó un folleto con edición, notas y selección de textos de Vicente Alberto Serrano13.
El problema español, en opinión de Ángeles Egido, fue “su primera confe- rencia política”, algo en lo que debemos estar de acuerdo con quien hace un análisis más completo en su libro ya citado, en el capítulo “La forja de un político”.
Manuel Azaña tenía entonces treinta y un años, y se decanta antes por la democracia que por la República: “Esta vendrá después”. En esta conferen- cia, Azaña “se presenta a sí mismo como un miembro de una nueva gene- ración que está llegando a la vida pública y que ve los males de la patria pero quiere superarlos fundamentalmente desde la cultura, no desde el pesimismo”. “Hay una patria que redimir y rehacer por la cultura, por la justicia y por la libertad”.
Ángeles Egido nos señala que Azaña: “Confía en la regeneración por la educación y en la verdadera democracia. Con estas cualidades, tan puras, no es extraño que su proyecto político no cuajase”.
Pero ¿quién es en verdad Manuel Azaña? Es un intelectual riguroso, un escritor excelente, un traductor notable14, político de claras ideas y el mejor orador de su tiempo. Alguien a quien rescatar en todos sus aspec- tos. El primero que lo intentó fue Juan Marichal con la edición de las Obras completas de Manuel Azaña 15, de las que muchos bebimos hasta que el gran trabajo del historiador Santos Juliá sació nuestra sed. Sabíamos que la obra de Marichal estaba incompleta y que faltaban algunos escritos de Azaña.
Santos Juliá, el mejor conocedor de la vida y obra del alcalaíno, catedrá- tico de la UNED y autor, entre otros, de Manuel Azaña. Una biografía
13 Madrid, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, colección Documentos, 1987.
14 Tierno Galván, Enrique y Moral Sandoval, Enrique, Azaña traduc- tor, edición al cuidado de Jesús Ca- ñete, Madrid, Ayuntamiento de Al- calá de Henares, Universidad de Alcalá de Henares, Foro del Henares y Fundación Francisco Largo Caba- llero, 2019.
15 Cuatro volúmenes, México, Edicio- nes Oasis, publicados entre 1966 y 1968.
34 arsenio lope huerta