Page 143 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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texto de máxima expectación social y clara politiza- ción del estreno acrecentó la tensión y no favoreció en absoluto el normal desarrollo de los ensayos. Además, la puesta en escena planteó en esta ocasión numerosos problemas que Rivas Cherif explicó: en primer lugar, y decidida de común acuerdo entre él, la Xirgu y Aza- ña, una ambientación isabelina para un drama cuya acción transcurre “en época y país indeterminados”. A Rivas Cherif no le gustaron ni los figurines de Mi- guel Xirgu, hermano de Margarita, ni “los bocetos del decorado del escenógrafo Burmann, harto estilizados, el de la primera decoración sobre todo”15. Sin embar- go, en su carta del 25 de noviembre de 1931, fecha de la lectura de la obra a la compañía, algunos de estos problemas parecen haberse corregido parcialmente. Pero el problema de mayor gravedad y de más difícil solución era el de la interpretación, pues “la evidente flojedad con que los actores traducían el texto a la acción teatral”, a su juicio “no correspondía a la in- tención del poeta dramático”. Pero la mayor desilu- sión de Rivas Cherif, “inconfesable entonces”, residía en “la rara incomprensión” con que la propia Marga- rita Xirgu, inhibida por el sentido de la responsabili- dad, interpretaba el personaje de Diana:
Comprendí que no se sentía confiada y a gusto en
el papel cuando le oí decir que, como todos los
grandes dramaturgos españoles, había hecho obra
de varón y no de mujer, refiriéndose a la primacía,
según ella, en la acción de La Corona de los personajes masculinos sobre el que ella encarnaba. No sabía, sin embargo –no lo sabía yo tampoco tan cumplidamente como acerté a comprenderlo después–, hasta qué punto tenía razón16.
No eran muy halagüeñas, por lo tanto, las perspectivas estrictamente escé- nicas de un estreno cargado de expectación teatral y política que debió incrementar, sin duda, ese sentido de la responsabilidad de la actriz y del resto de la compañía.
El estreno de “La Corona”: un éxito con sabor a fracaso
El sábado 19 de diciembre de 1931, el teatro Goya de Barcelona agotó las localidades para presenciar el estreno de La Corona, que contó con la pre- sencia estelar de Manuel Azaña en un palco de honor, acompañado por Francesc Macià, presidente de la Generalitat de Catalunya. El hecho de que el dramaturgo rompiera la costumbre de presenciar la representación entre
Manuel Azaña
La Corona: drama en tres actos
Madrid, CIAP, 1930 Colección particular
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15 Rivas Cherif, Cipriano de, op. cit., p. 216.
16 Ídem.