Page 140 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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Torrents
El jefe del Gobierno en el teatro Goya con Margarita Xirgu y Francesc Macià al finalizar «La Corona» Fotografía, Barcelona,
19 de diciembre de 1931
Ministerio de Cultura y Deporte. Archivo General de la Administración. 33-02972-00027-085-r
MANUEL AZAÑA SE INTERESÓ DESDE MUY JOVEN POR EL
teatro, y prueba de ello es el artículo “Voto de calidad a Eusebio Blasco” que firmaba Salvador Rodrigo, el seudónimo con el que publicó sus colaboracio- nes en la revista Gente Vieja, un artículo en el que criticaba, en 1901, la mercantilización artística y el gusto del público teatral español. Los “diarios íntimos y cuadernillos de apuntes” de este francófilo convicto y confeso tes- timonian su condición de asiduo espectador en 1912 de los teatros parisinos, sobre todo, el de la Comédie Française. Pero, sin duda, su viaje a París junto a su amigo Cipriano de Rivas Cherif, quien desde 1929 iba a ser también su cuñado, fue decisivo para madurar su vocación escénica. Azaña estuvo en la capital francesa desde el otoño de 1919 hasta abril de 1920, y el 20 de febre- ro de ese mismo año 1920 publicó en el periódico madrileño El Imparcial un artículo titulado “Nota sobre un baile español”, que era una emocionada crónica del estreno apoteósico de El sombrero de tres picos en la Ópera de París, en donde elogiaba “la belleza arrebatadora de la obra y el indecible entusiasmo del público. La música de Falla, servida por la coreografía de Massine y los telones y trajes de Picasso, acababa de revelar a París una Espa- ña desconocida, harto distante, por fortuna, de la que suelen presentarnos en truculentas españoladas de music hall a uno y otro lado de los Pirineos”.
Una de las representaciones teatrales que Azaña y Rivas Cherif vieron jun- tos fue la de La carroza del Santísimo, un sainete de Prosper Mérimée que fue estrenado el 13 de marzo de 1850 en el Théâtre Français de París y el 6 de marzo de 1920 en el Théâtre du Vieux-Colombier, que dirigía Jacques Copeau, quien interpretaba el papel del virrey del Perú. Rivas Cherif afirma que de esta representación “le vino la ocurrencia feliz de traducir La carro- za del Santísimo de Mérimée, que después hizo por manera adecuadísima y preciosa”1, un fragmento de esa traducción se publicó en 1924.
1 Rivas Cherif, Cipriano de, Retrato de un desconocido. Vida de Manuel Azaña (seguida por el epistolario de Manuel Azaña con Cipriano de Rivas Cherif de 1921 a 1937), introduc- ción y notas de Enrique de Rivas Ibáñez, Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1981, 2.a ed., p. 93.
TRES ESTRENOS TEATRALES DE MANUEL AZAÑA
Manuel Aznar Soler GEXEL-CEDID-Universitat Autònoma de Barcelona
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