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fIguRAS dEl TEATRo
por aurora hErrEra
TEATRO
El teatro en España sufrió una transformación progresiva de carácter antinatura- lista durante el primer tercio del siglo XX al igual que en Europa durante décadas anteriores. La irrupción del simbolismo, el surrealismo y otras corrientes de van- guardia propiciaron la creación de una cultura teatral de vanguardia.
En nuestro teatro, a imagen y semejanza del país, coexistieron diversas corrientes divididas en dos grandes grupos, las tradicionalistas y populares y las que introdu- cían el emblema de la renovación y experimentación.
El teatro más clásico y comercial desarrollado por Eduardo Marquina o Fernando Villaespesa incorporaba formas modernistas. El teatro cómico se acercaba al géne- ro popular haciendo partícipe, las costumbres, las fiestas, el humor y la música. Los hermanos Álvarez quintero o Pedro Muñoz Seca, creador del subgénero dispa- ratado e imaginativo de la astracanada y creador de la inolvidable “La venganza de don Mendo”, fueron algunos de sus máximos exponentes.
También existía un teatro ligado a las clases acomodadas, de gran intensidad dra- mática cuyo abanderado fue Jacinto Benavente, premio nobel de literatura, y autor teatral de gran prestigio que supo interpretar los sentimientos pasionales y la fuer- za expresiva de las emociones de una forma magistral como el “La Malquerida” o “Los intereses creados”.
Frente a este tipo de teatros que podíamos englobar en una línea más continuista y conservadora se situaban los espíritus renovadores, introductores de las corrien- tes de vanguardia, que ponían en cuestión el teatro del siglo XIX e incorporaban la crítica y la poesía a sus obras.
Miguel de unamuno con “Fedra “o “Medea” traducción y adaptación teatral del tex- to de Séneca que estrenó Margarita Xirgú en el recién restaurado teatro de Mérida; Azorín, con una deriva más abstracta, fuera del naturalismo imperante y un afán de explorar los territorios de lo no visible.
Pero las dos figuras más destacadas dentro de ese frente renovador fueron Ra- món del Valle Inclán y Federico García Lorca. Dos personalidades completamente diferentes unidas por un carácter rompedor, un espíritu investigador y experimen- tal. Compartían su personalidad polifacética de escritores, actores, escenógrafos, directores teatrales, y principalmente dramaturgos. Recordado por sus “Comedias Bárbaras”, “Divinas palabras”, “Luces de Bohemia”, “Martes de Carnaval” o “Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte”, Valle Inclán navegó por territorios en continua lucha contra la realidad, desde la provocación, entre lo grotesco y deformante.
Federico García Lorca prefirió los horizontes poéticos , los dramas, las comedias de la imposibilidad, que claramente se ven reflejadas en” Yerma”, “Bodas de sangre”,” Doña Rosita la soltera” o La casa de Bernarda Alba”.
Valle Inclán y Federico García Lorca también tenían otro territorio en común: el tea- tro de títeres y marionetas, su pasión por las representaciones simbólicas de lo hu- mano a través de personajes inanimados y deformantes que tanto influyeron en la construcción de la vanguardia en la Europa del siglo XIX y principios del siglo XX.
MARGARITA XIRGÚ
Y MAGí MURIÁ
Margarita Xirgú se mantuvo al margen del cine aunque en contadas ocasiones actuó como actriz principal y de la mano, casi siempre,de Magi Muriá, director de cine, productor y director técnico de Barcinógrafo films del que era director artístico y administrativo . Ella misma manifestaba su incomodidad en los papeles que le ofrecían y explicaba, al igual que otras artistas del es- pectáculo como Löie Fuller, que el cine no era capaz de recoger los matices, tensiones dramáticas o efectos, que sí se podían llevar a cabo en el teatro.
La primera prueba en el cine que hizo Margarita Xirgú fue en 1915 en la película “E l nocturno de Chopin”, año en el que el cine español y en especial en Cataluña, go- zaba de mayor esplendor. Todas las empresas cinema- tográficas reconocidas a nivel internacional estaban en Europa y en esos años, durante la primera guerra mundial, habían paralizado sus producciones.
Magí Murià dirigió a Margarita Xirgú en cinco películas entre 1915 y 1918, producidas por Barcinógrafo Films, entre ellas, “La reina Joven”, El beso de la muerte” y “Alma torturada”.
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