Page 80 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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89CONOIDESEn este apartado describiremos una de las aportaciones más originales de Gaudí a la arqui- tectura moderna: el uso de las superficies regladas conoidales introducidas en el modesto diseño de su obrador y en las Escuelas Provi- sionales de la Sagrada Família.Hay dos afirmaciones de Gaudí que po- dríamos recordar aquí. Cuando pensaba en la geometría, el arquitecto decía que, «para la eje- cución de superficies, no complica, sino que sim- plifica la construcción». Y, en cuanto a las bóvedas, aseguraba que buscaba que sus formas tuvieran «propiedades geométricas adecuadas a sus finalidades utilitarias, ornamentales y cons- tructivas».Como veremos, esas dos citas tienen, en el uso de las superficies conoidales, una materia- lización evidente.Sobre las superficies conoidales en generalEstas sugerentes e imaginativas superficies regladas quedan determinadas en el espacio por una recta, un plano perpendicular a ella y una curva. Están formadas por todas las rectas que se apoyan ordenadamente en la recta dada y en los puntos correspondientes de la curva fijada, y todas las rectas son paralelas al plano dado. Podríamos considerar (y de ahí procede el nom- bre) que esas superficies extienden el caso de los conos, ya que sus rectas generatrices no pasan por un vértice, sino por toda una recta directriz.Las superficies conoidales están presentes en la naturaleza vegetal, especialmente en las hojas y en las flores, en las que la materia fibrosa tiende a adoptar la forma de una superficie conoidal entre los tallos rectos centrales y las curvas que delimitan los perfiles externos.Con cordeles elásticos, doblando papel, con alambres o con barro o yeso, es posible hacer modelos creativos de esas superficies, y, según la curva considerada, los efectos son sorpren- dentes.Entre los casos más conocidos de superfi- cies conoidales tenemos un plano (cuando la curva de apoyo es una recta paralela a la dada), un helicoide (cuando la curva de apoyo es una hélice cilíndrica y la recta inicial, el eje de ese cilindro) y un paraboloide hiperbólico (cuan- do la curva de apoyo es una recta que se cruza con la de partida).En este apartado describiremos dos casos excepcionales: los perfiles helicoidales y los sinu- soidales.Sobre el perfil helicoidalUn tradicional y bello ejemplo de conoide es el de la superficie helicoidal, soporte de las escaleras de caracol. La bóveda catalana ha sido un recurso sencillo y emblemático para construir helicoides. En la Sagrada Família encontramos escaleras de caracol espectaculares hechas de piedra.En la helicoide, las rectas se apoyan per- pendicularmente en el eje del cilindro y en una hélice determinada en la superficie de ese mis- mo cilindro (hay que recordar que un tramo de hélice procede de una recta en el desarrollo plano del cilindro, y por eso las hélices tienen una pen- diente constante). Conviene tener presente, sin embargo, que Gaudí siempre pensó en este conoide de una forma dinámica, generado por una recta que se mueve perpendicularmente al eje y que combina al mismo tiempo la traslación y la rotación, el famoso «movimiento helicoidal», que también fue un instrumento clave en la creación gaudiniana de las columnas.CLAUDI ALSINAA la izquierda: Modelización informática de la cubierta de las Escuelas Provisionales de la Sagrada Família


































































































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