Page 129 - El arte del poder
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 Juego de borgoñota y rodela de Felipe II
Norte de Italia, hacia 1560-1565
Acero damasquinado en oro y plata, tejido
[30] Borgoñota: alto 37,8 cm; ancho 23,5 cm; profundo 40 cm; peso 2250 gr
[31] Rodela: diámetro 59 cm; alto 8 cm; peso: 4280 gr
Patrimonio Nacional. Madrid, Real Armería, cat. D.7 y D.8
bibliografía: Martínez del Romero 1849, pp. 37 y 184, n.os 913 y 2462; Valencia de Don Juan 1898, p. 138, n.os D.7 y D.8; Rodríguez López 2002, pp. 266, fig. 15; Godoy 2003, pp. 184-187 y 449-450, n.o 40
Al igual que en otras obras de arte, los mitos de la Antigüedad fueron un tema recurrente en la decoración de las armas de parada renacen- tistas, entre los que tuvieron gran aceptación los asuntos relacionados con la guerra antigua. Este juego de parada, probablemente pertene- ciente al rey Felipe II, recoge los principales episodios de la guerra de Troya entre griegos y troyanos. En el lateral derecho de la borgoñota figura el Juicio de Paris. El mito narra cómo Éride, la Discordia, arro- jó una manzana de oro entre los dioses diciendo que debía ser otorga- da a la más hermosa de las tres diosas: Atenea, Hera y Afrodita. Zeus encomendó a Paris que fallase el pleito, para lo cual cada una de las diosas intentó persuadirle ofreciéndole un favor. Hera le ofreció Asia, Atenea la victoria en la guerra y Afrodita el amor de Helena, esposa de Menelao de Esparta, considerada como la mujer más hermosa del mundo. Paris decidió que Afrodita era la más hermosa y siguiendo su consejo llegó a Esparta, donde sedujo y raptó a Helena, episodio repre- sentado en la rodela. Tras el rapto, consentido o no, ambos amantes iniciaron un viaje por Asia antes de regresar a Troya, de donde proce- día Paris. El rapto motivó la guerra entre Grecia y Troya. Uno de sus episodios más conocidos fue el de la estratagema de Ulises de cons- truir un gran caballo de madera que sería dejado frente a la ciudad. El
lateral izquierdo de la borgoñota recoge el momento en el que los tro- yanos derriban parte de su muralla para introducir el caballo. El amor y la guerra a los que aluden estos episodios también son objeto de una referencia directa en el frente y la nuca de la borgoñota mediante sen- dos medallones que representan a Marte y a Venus.
En la orla de la rodela se sitúan cuatro bustos, tres de ellos perte- necientes a Cayo Mucio Scevola, Marcus Curtius y Horatius Cocles, héroes legendarios de la historia romana asociados por sus hechos al valor y al heroísmo. El tema de Cayo Mucio Scevola es recurrente en la iconografía manierista, basado en la leyenda de este joven romano que en 507 a. C. decidió matar a Porsena, rey de los etruscos, para levantar el asedio que éste llevaba a cabo sobre Roma. Scevola erró en su propósito y mató a un secretario de Porsena, siendo capturado y llevado ante el rey. Ante la amenaza de tortura extendió la mano dere- cha sobre un brasero exclamando que se la quemaba para castigar su error. Scevola le dijo a Porsena que había más jóvenes dispuestos a seguir su camino, por lo que el rey decidió liberarle y hacer la paz.
La leyenda de Marcus Curtius cuenta cómo la tierra se abrió en el centro del Foro de Roma. Los romanos intentaron cubrirla con tierra pero no pudieron, ante lo cual consultaron el oráculo, obte- niendo como respuesta que debían tirar sobre ella lo que tuvieran de mayor valor. El joven Marcus Curtius comprendió que lo más valio- so de Roma eran sus jóvenes y soldados, por lo que se inmoló arro- jándose armado al precipicio. El abismo se cerró y en su lugar surgió un pequeño lago, el Lacus Curtius, a cuyas aguas se echaban mone- das en época del imperio como homenaje a Curtius.
Horatius Cocles vivió en el siglo VI a. C., siendo conocido como un líder heroico del ejército romano frente a los etruscos. Su histo- ria es recogida por Tito Livio en su Libro II de su Historia de Roma, donde narra cómo permaneció solo en un puente sobre el río Tíber luchando frente a los etruscos. El puente iba siendo destruido desde el lado romano, por lo que Horatius tuvo que saltar al Tíber para sal- varse. a.s.c.
128 las armaduras como obras de arte e imagen del poder





















































































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