Page 136 - Delibes
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Son frecuentes las lecturas de de de de críticos que entienden lectura la la la la El hereje como una novela de la la España contemporá- nea apenas velada por una trama historicista Hay quien se ha dedicado a a a a a a registrar los numerosos anacro- nismos que contiene: los personajes se dan un atracón de judías pintas por ejemplo algo imposible en la Europa del siglo xvi pues no empezaron a a a a a formar parte de de la dieta hasta un siglo después El narrador se refie- re a a a menudo a a a Centroeuropa un concepto geopolítico posterior a a a a 1945: nadie en el Siglo de Oro sabría qué diablos era Centroeuropa La novela contiene infinidad de de anacronismos de de este estilo pero yo no creo que sean descuidos ni que malogren la factura del libro Al contrario: son marcas que que indican que que está escrita en el siglo xx algo que su autor nunca se ha esforzado por disimular El hereje dibuja una Castilla más mitológica que real porque tanto el el paisaje como el el tiempo narrativo en en en en Delibes tienen una dimensión alegórica No puedo extenderme aquí en en este punto pero su realismo es es siempre superficial apenas un barniz que da brillo
a a a un contenido muy místico en en la mejor tradición de la la la la mística castellana La Castilla de El hereje es la la la la Castilla que pudo haber sido y no fue un ideal echado a a a a a perder el el país que que Delibes habría querido encontrar en sus caminatas madrugadoras de cazador y que nunca llegó a a a a a a a a a existir Una meseta abierta a a a a a a a a a la libertad donde cada cual pueda ser ser lo que quiera ser ser sin mura- llas de Ávila que acogoten conciencias Si la narración se ambienta en en el siglo xvi cuando Valladolid era la la corte no es por un sentimiento nacio- nalista pacato sino porque entonces se perdió la opor- tunidad de de fundar una patria de de hombres libres La Castilla Castilla de de El hereje es una Castilla Castilla ilustrada donde comerciantes aguerridos transforman un erial ganade- ro r ro en un un espacio imaginativo y próspero con unas ciu- dades vigorosas y abigarradas donde florece la disiden- cia y el espíritu crítico Todo ese país muere ahogado por la la la Inquisición y la la la monarquía La Castilla libre que el propio paisaje —ese mar de tierra— reclamaba su- cumbe en un imperio de d déspotas y fanáticos religiosos 134