Page 82 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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 la escritura es una invención muy reciente si la comparamos con el tiempo que el ser humano lleva hablando.
La aparición de la escritura transformó de ma- nera profunda la transmisión del conocimiento
y la forma de pensar. Pero no fue de manera inmediata. Los recitales de poesía seguían siendo comunes entre las élites en Roma. La gran transformación se produjo con la invención de
la imprenta de Gutenberg, en el año 1450 apro- ximadamente. Este invento consiguió que los manuscritos pudieran reproducirse y copiarse de forma rápida y, por tanto, extenderse y popula- rizarse. Pero solo se puede leer si se conoce el código de la escritura, lo cual requiere un apren- dizaje formal que aún no estaba generalizado. En la Edad Media sabemos que era una competencia limitada a miembros del clero y a las clases altas sociales. La manera predominante de transmi- sión del conocimiento continuaba siendo oral, así que tendrían que pasar años hasta que la cultura escrita llegara a amplios sectores de la población. Graham (1993) señala que la lectura, tal y como hoy la conocemos, como un acto silencioso y privado, se generalizó en la segunda mitad del siglo xix. Por tanto, el lenguaje escrito tiene pocos años de vida y es por eso que el profesor Sauerberg, de la Universidad de Dinamarca, como otros autores (Pettitt, 20102), denominan a esta etapa «el paréntesis Gutenberg3». Durante este periodo, la escritura fue imperante. Pero pocos años tuvieron que transcurrir para encon- trar otra manera de registrar el lenguaje oral y así devolverle el protagonismo.
El fonógrafo, inventado por Edison, Johnson y Berliner y patentado en 1878, fue el primer aparato que permitió reproducir sonidos. Poste- riormente el gramófono de Berliner se utilizaría para sonorizar películas.
Esto significaba que, por primera vez en la historia, el sonido se podía grabar y reproducir. La introducción de la tecnología abría, pues, una nueva etapa que Ong y Hartley (2016) denomi- nan segunda oralidad. Al fonógrafo y al gramó-
Fonógrafo, gramófono
fono los siguieron otros sistemas de almacenamiento de la información. El casete desarrollado en 1970 dio un empujón importante a la oralidad porque las formas sonoras, además de poderse grabar, se hacían portables. Después, en los años ochenta, llegó el disco compacto, las cintas de vídeo y, a partir de 2002, el streaming e Internet con la posibilidad de descargar conteni- dos sonoros en formato MP3 (Rubery, 2011). Paralelamente, la transmisión del sonido a distancia y, en concreto, de la palabra hablada, también se iba desarrollando a través del telé- fono patentado por Bell en 1876, aunque fue inventado por Meucci. Todos ellos han sido y son sistemas de comunicación y de almacenamiento del sonido que han contribuido a recobrar el protagonismo de la oralidad.
Sin embargo, el impulso definitivo, la vuelta a la oralidad, llegó con la aparición de la radio. Esto es algo que Silvia podía entender bien, porque le gustaba escucharla cuando tenía guardia por la noche en el hospital.
      EL PESO CRECIENTE DE LA VOZ Y EL SONIDO PARA COMUNICAR EN LA ERA DIGITAL · EMMA RODERO
Tendencias digitales para la cultura























































































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