Page 13 - Ana Juan. Dibujando al otro lado
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La cultura y las tradiciones populares suelen ser fuente de inspiración
y también explican gran parte del presente como resultado de la herencia de prácticas, relatos y costumbres. El arte, como agente antropológico, no pocas veces nos hace conscientes de este pasado y, nos previene de la no- vedad y de la vanidad de suponer que nuestras ideas son nuevas creaciones dotadas de sello personal e incuestionable estilo propio.
La revisión de los mitos y la reinterpretación de sus metáforas nos permi- ten relacionar a Perseo con Superman o a la Mujer Maravilla con Hipólita, la Reina de las Amazonas y, en ese vaivén de relatos y ficciones, la historia va tejiendo la imagen del mundo y la de sus extraños y particulares habitantes.
En esta ocasión, el personaje que nos trae Ana Juan para conjugar este juego mnemotécnico es el de Blancanieves, o mejor Snow White, nombre original del cuento atribuido a los hermanos Grimm pero cuyas raíces y re- ferencias se hunden en la tradición alemana y, es posible que se hubieran inspirado en una de las múltiples versiones que existen para documentar la génesis del relato. Un ejemplo de ello sería la trama alrededor de la condesa Margarethe von Waldeck, quien, hacia la mitad del siglo XVI, tuvo un ro- mance con Felipe II, asunto que parece no gustó mucho en la Corte, llegan- do a especular que fuera envenenada y dando lugar al relato y al personaje de Snow White.
Su historia ha sido llevada al cine y al cómic en innumerables ocasiones, desde la versión francesa, La petite Blanche-Neige en 1910, o aquella en
la que la mismísima Betty Boop encarnó el personaje en 1933 en un corto de animación dirigido por Dave Fleischer, de sonido jazzístico y en el que el mítico Cab Calloway interpretaba el celebre “St. James Infirmary Blues” y, la más reciente adaptación hollywoodiense, la curiosa Mirror, Mirror, narrada desde el punto de vista de la madrastra que impugna algunos supuestos del argumento histórico.
Sin duda, también es la idea de Ana Juan a la hora de visitar y revisar el relato clásico, este interés iconoclasta está presente en su trayectoria
a la hora de interpretar un cuento tradicional: “Ante todo me interesa
la universalidad de las historias, suelo huir de localismos. Me gusta que sean sugerentes, divertidas y con una puerta a la fantasía siempre abierta. Tengo debilidad por las historias transgresoras y un poco irreverentes”.
Alejada de los tópicos amables y edulcorados, su versión es claramente un relato para adultos, una historia en blanco y negro entre la fantasía y lo real...
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