En el archivo "Esto no es un museo. Artefactos móviles al acecho" , aún sin proceder de una investigación exhaustiva, se da cuenta de más de medio centenar de proyectos e iniciativas ideadas como instrumentos alternativos a la institución artística convencional. La cantidad es elocuente por sí misma. Parece que el museo tradicional, en efecto, padece una suerte de creciente acecho desde un enorme panel de réplicas que, mediante las actuaciones que propician, estarían acelerando la refundación de los roles y funciones tradicionales que ejercía la vieja institución en el interior de una esfera pública homogénea. Frente al estricto horizonte de articular un gusto y una sensibilidad específicas acorde a un modelo de subjetividad burguesa, los nuevos artefactos paramuseísticos despliegan un abanico de situaciones heterogéneas.
Entre los distintos perfiles y menesteres que estos artefactos ponen en juego, podríamos al menos distinguir hasta cinco tipos. En primer lugar, los hay que se conforman con operar al modo de contenedores móviles y multifuncionales para albergar la potencia de una creatividad nómada y sus respuestas a las necesidades locales (01: Galeria Callejera; 02: Motocarro; 05: CPAC.Centro Portátil de Arte Contemporáneo; 23: Fiteiro Cultural; 30: Museo Ambulante; 32: Centro Cultural Nomade; 40: Kunst Station Triemli); otros artefactos se conciben como espacios relacionales y de intercambio de bienes, de saberes o de habilidades (03: Museo de la Calle; 13: Mobile Sealth Unit; 28: Wikitankers; 31: Temescal Seed Swap; 34: Sereneta en las ruinas; 39: L’Arxivador); un tercer grupo es aquel que prioriza su función formativa convirtiendo el artefacto en un dispositivo educativo y de servicios (08: Burn Station; 15: S.P.O.T (Servicio Público de Optimización de Trastos); 25: Biblioteca de Nezahualcoyótl; 29: Open-roulotte radio; 33: Escuela Panamericana del Desasosiego); en otras ocasiones, el aparato móvil se convierte específicamente en una herramienta de investigación (17: Camping, caravanning, arquitecturing; 20: Rally Conurbano; 38: S.E.F.T.-1. Sonda de exploración ferroviaria tripulada; 51: We riders); y, por último, también hay artefactos que aspiran, de forma prioritaria, a vehicular voces de disidencia social y política (06: Museo de la Defensa de Madrid; 24: La Maquila Región; 27: Imprenta Móvil).
El espectro y el volumen de casos consignados parece pues que legitima la necesidad de prestar atención al fenómeno y analizarlo con el objetivo de reconocer su efectiva dimensión instituyente frente al museo tradicional (1) . Esta es la perspectiva con la que hemos planteado el conjunto del proyecto, sin menoscabo de que, en el análisis de estos artefactos, emerjan por igual sus felices aportes y sus paradojas estructurales.